Nortec Collective, el colectivo que rompió los paradigmas musicales desde Tijuana hace más de dos décadas, regresó a la Ciudad de México para celebrar su magistral trayectoria.
Una historia que ha llevado al sonido nortec, del cual son creadores, a escenarios tan importantes como el de Glastonbury y Coachella, y que además, les ha valido tres premios Grammy.
Con un setlist impecable de 28 canciones, nos llevaron a un recorrido por su extenso y vibrante repertorio musical. Desde Odysea, canción con la que abrieron, hasta Baby Let ‘s Dance, e incluyendo éxitos tan esperados como Tijuana Sound Machine y The Clap.
La presencia escénica de Nortec Collective fue tan arrasadora que no hubo lugar para que la energía en el recinto decayera ni por un minuto.
Alrededor la gente bailaba con ojos cerrados, coreaba y gritaba en cada cambio de canción.
Los visuales, la energía del colectivo y la iluminación hacen la mezcla perfecta para darle paso a uno de los shows más cautivadores y peculiares que podríamos encontrar.
Al observar la pasión e inmensa creatividad que hay detrás de la propuesta de Nortec Collective resulta obvio el por qué se han convertido en algo atemporal que sigue, y seguirá por mucho tiempo, atrayendo a las personas y que, seguramente, se cimentará (aún más) como uno de los proyectos mexicanos más reverenciados.
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