Por Daniel Ocaranza
Fotos Oscar Villanueva
Con una puntualidad que posiblemente hizo dudar sobre la seriedad con la que la banda de Clevenland, Ohio, pretendía presentarse por primera vez ante ojos mexicanos, fue como Cloud Nothings hizo acto de presencia la pasada noche del 18 de octubre en Pasagüero, foro que por momentos parecía haber quedado pequeño para contener la euforia de quienes decidieron acudir a la cita propuesta con al menos un mes de anticipación.
Fue desde los primeros acordes con temas como «Stay Useless» o «Psychic Trauma», cuando la banda liderada por Dylan Baldi decidió relucir todos esos destellos de punk rock alabados por casi una infinidad de medios, mientras el siempre entregado público mexicano, sea cual sea su magnitud, alababa cada furioso golpe y rasgueo que salía de los instrumentos de TJ Duke y Jayson Gerycz.
Setlist corto, tal vez, pero durante el lapso programado para la duración de este show, Cloud Nothings quiso recalcar de forma clara lo que varios han tratado de hacer manifiesto; es decir, su calidad, al tiempo que con cada pieza de materiales como Attack On Memory o Here and Nowhere Else, hacían saber a los presentes el hecho de no sentirse presionados por tal cosa.
Probablemente la conocida estructura del Pasagüero y su acústica, fue algo que no apoyó en dicha pretensión a los norteamericanos, ni a que los sonidos que creaban sobre el escenario fueran distinguidos de una forma más plena por los presentes; sin embargo para todo aquel que tenía la clara intención de disfrutar toda esa cascada de noise rock que los de Ohio tenían preparada, eso no fue ningún inconveniente.
El disfrute de los verdaderos fans del género quedaba claramente señalado y evidenciado en la intensidad del mosh pit que podía observarse justo frente al pequeño escenario del lugar ubicado en Motolinía #33, con saltos, cuerpos elevados, y piernas y brazos por doquier, algo que resultaría casi imposible no hacer con la estruendosidad de Cloud Nothings, la cual a pesar de haberse disfrutado en un lugar como el Pasagüero, deja la curiosidad alerta y la mente pensando sobre cómo sería verlos en un futuro, en un lugar con mejores condiciones sonoras.









