Skip to content

NOTICIA

Reseña: 'Bestial Burden' de Pharmakon

Bestial Burden
Pharmakon
Sacred Bones Records
95%

Por Ernesto Olvera / @Ernestime

No uso drum machines, nunca he usado un MIDI y no sé cómo usar un secuenciador. Incluso uno de los sonidos creados en el álbum fue uno de mí vomitando sobre un pedazo de metal que grabé con una pequeña grabadora‘. Esas son algunas de las palabras que Margaret Chardiet le regaló a The Wire en una entrevista, con las cuales todo el podrido infierno que se ve dibujado en Bestial Burden comienza a tener sentido desde un punto de vista en el que podemos descubrir que no estamos ante una artista que simplemente provoca noise, sino que al mismo tiempo le da una mayor importancia al elemento más notable dentro de sus composiciones: Su garganta.

El dolor que se escucha en cada una de las canciones de esta producción tiene un fundamento, y ese es el haber vivido una experiencia en la que casi pierde la vida. En serio, el año pasado mientras se encontraba promocionando su sólido Abandon, Margaret Chardiet se vio forzada a cancelar los planes de la gira europea que iba a emprender con el equipo de Sacred Bones para someterse a una cirugía; sin embargo, nadie pensaba que esa revisión de rutina iba a terminar en algo que la marcaría de por vida y, por si el infierno que se percibía en su álbum debut no fue suficiente, el haber visto como un hombre lloraba en la cama de enfrente mientras estaba agonizando, la orilló a crear uno de los estimulantes sonoros más honestos que han salido en los últimos años.

Bestial Burden es exactamente lo que pasa cuando estás refugiado en un hospital. Los pensamientos negativos y el miedo a morir y no saber qué es lo que está del otro lado, es justamente lo que genera la capa asfixiante con la que Margaret nos da la bienvenida en «Vacuum»; tan sólo el intro es un testamento de la catarsis que brota por cada uno de los rincones por los que se escapa la vida de esta chica que, a juzgar por la apariencia, uno podría pensar que tiene una orientación apegada a la fragilidad emocional que suele encontrar un cálido refugio en géneros como el synth-pop o el mismo folk ¡Pero no! Pharmakon se encarga de absorber las almas que se encuentran a su alcance para hacer pedazos sus emociones y pisotearlas una y otra vez contra el piso.

Su nombre es tomado de la antigua cultura griega, en la cual se elegía a una persona que era considerada como innecesaria para la sociedad y por ende se le utilizaba como chivo espiratorio. ¿El ritual? Era sacrificarla y mandarla a las profundidades de un bosque para que muriera solo. Eso y la experiencia que vivió el año pasado, finalmente se encontraron en un mismo lugar para hacernos sentir el terror y la agonía que fue pudriendo su corazón en canciones como «Intent Or Instinct», en donde su desgarradora garganta vuelve a estar al centro y al frente del las máquinas que poco a poco van muriendo para darle paso a los exorcismos que se manifiestan en «Body Betrays Itself«.

En un género que suele estar dominado por hombres, resulta muy interesante como Pharmakon decidió tomar el riesgo de crear noise y posicionarse como uno de los mejores actos de power electronics en la actualidad, después de que estuviera trabajando en el mantenimiento del famoso venue de Nueva York llamado Red light, en los cuales solía ofrecer presentaciones en las que se animaba a versionar a entes como Iggy Pop, pero obviamente esto lo hacía con ruidos e imágenes en las que proyectaba fetiches que iban desde una mujer seduciendo a un perro, hasta el simple sampleo de películas de Dario Argento y John Carpenter.

Si, Bestial Burden no es un álbum fácil y no tiene canciones que puedan corear en festivales masivos, pero si es un material que cumple con su objetivo: inhibir las emociones y someternos a sus propios deseos. Una vez que se le da play, no hay escapatoria, de un momento a otro se verán atrapados en la catarsis sonora provocada por la saliva que se niega a salir de su cuerpo en «Primitive Struggle»; corte que justamente fue creado de forma asfixiante para vincularse de forma directa con la violencia de «Autoimmune». Esta canción está llena de detalles, ya que así como choca un palo contra una bandeja de metal, desde un inicio va invocando desde las profundidades de su propio infierno «Discipline» de Throbbing Gristle, sin mencionar el enfermo legado de Con-Dom.

Entre risas desesperadas y una línea que se repite una y otra vez que clama ‘i don’t belong here‘ en el corte que le da nombre al álbum, se va desnudando la idea del ser tratado como un simple pedazo de carne mientras se está en medio de una operación. Es terrible, pero hasta cierto punto eso es lo que ocurre. ¿Es para bien? Seguro, pero durante esos instantes existe una delgada linea entre la vida y la muerte al estar paralizado por completo, ya que al final del día su llegada será inevitable para cada uno de nosotros y esos miedos, han sido devorados de forma brutal por Margaret Chardiet en Bestial Burden.

Con un bonche de grabaciones que eran tomadas de la consola de sus primeros shows por Chondritic Sound, la notable evolución y el progreso por el que ha ido pasando Pharmakon en los últimos dos años es motivo de ser alabado, ya que a base de ejercicios poco convencionales, cuenta en su haber con dos magníficos álbumes de estudio que carcomen nuestro interior. Además, Abandon y Bestial Burden son sólo dos piezas en un rompecabezas que promete derrumbar todo lo que esté a su paso, ya que así como se desgarra la garganta, Margaret también porta con una voz angelical que en cualquier momento se encargará de atraparlos para sumergirlos en esta trampa llena de odio.

Noticias relacionadas

Volver arriba