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NOTICIA

[Reseña] A Place to Bury Strangers @ Pasagüero 13/07/13

A PLACE TO BURY STRANGERS (12)

Por Cristina Salmerón

Fotos de Rodrigo Jardón

Para ir a escuchar a los neoyorkinos de A Place to Bury Strangers es necesario estar preparado para lo rudo, para que los músicos se lancen entre el público, para ver cómo destruyen sus instrumentos en cada rola, literalmente, y para una sesión de noise energético que pondrá a mover la cabeza y armar el slam.

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Así fue la noche de esta banda de shoegazing, compuesta por Oliver Ackermann, cantante y guitarrista, Dion Lunadon, bajista y coros, y el baterista “Jay Space» Weilmeister, donde casi logran llenar el Pasagüeron, pero lo que sí consiguieron fue dejarlo repleto de sonido y mandar a dormir a todos con un ligero pitido en los oídos.

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Al inicio del concierto, parecía raro ver cómo ellos mismos ecualizan sus instrumentos y vuelven al camerino dejando botados en el suelo la guitarra y el bajo. Con el paso de las rolas, el espectador va descubriendo porqué tan poco cuidado: porque los instrumentos duran lo que dura el show.

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Ya con tres discos, estos güeros vinieron al D.F. a demostrar por qué gustan tanto sus roas ruidosas como “In Your Heart”, “Keep Slipping away”, “Your are the one” o “Dead Moon Night” (cover de Dead Moon), que fueron las más coreadas.

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Durante “Drill it up”, Lunadon se paró en las vallas que sostenían al público y se dejó caer sobre esa multitud que lo levantó con los brazos y él, desde ahí lanzó el bajo al escenario.

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Las distorsiones de los instrumentos elevaron el volumen y al llegar el momento de tocar “I Lived My Life to Stand in the Shadow of Your Heart”, todo enloqueció, los músicos comenzaron a azotar la guitarra y el bajo contra el piso del escenario, el baterista a aporrear la tarola  y los platillos con las baquetas. Debajo había gritos, cuerpos sudorosos bailando y mucha diversión.

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Luego de un poco más de una hora de tocar, volvieron para regalar una canción más, “Ego Dead”, con una parte instrumental de cerca de 10 minutos con la que dieron final a esta noche de ruido rudo.

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