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NOTICIA

Festival Trópico

+Contexto3

Por Liliana Ruiz-Healy

Fotos por Valentina Ortega

La presión del trabajo y la escuela se nos olvidó a muchos al llegar a Acapulco el viernes por la tarde y ver un atardecer poseído de un sol rojo. Esa hermosa vista desde cualquier punto en donde nos encontráramos solamente hizo que la emoción por el Festival Trópico aumentara.

Una fiesta la noche del viernes y una pool party antes del festival, nos entonaron para más de 12 horas de música a lado del mar en un clima cálido. El paraíso nos esperaba entre palmeras, cocos, sol, trajes de baño y tragos tropicales. Trópico sonaba prometedor desde que nos enteramos de él: Música en la playa. ¿Qué más podríamos pedir?

Un solo escenario decorado con listones de colores formando el sol y con diferente iluminación vimos en ellos el día, el atardecer y la luna. Dando inicio al evento Hawaiian Sativa, seguidos de unos de los consentidos que no nos cansamos de ver: Centavrvs. Después de tocar un DJ set en la pool party, Poolside se presentó en un live act con música electrónica tranquilita perfecta para la tarde y echar los primeros pasitos de baile. Siguiendo el mismo mood vimos a Washed Out, y cambiando totalmente a un estilo de bajos marcados y ritmos animales: Dengue Dengue Dengue, sin duda uno de los actos más prendidos que nos agarraron desprevenidos a muchos de quienes nos los conocíamos. Una sorpresa musical fantástica. La psicodelia en la jungla se hizo presenta con Jagwar Ma, estos australianos hicieron una presentación más electrónica de lo que esperábamos incitándonos a darle más duro al baile. Bajando un poco el beat, Little Dragon acompañada de dos chicas y perfectas coreografías difíciles de ignorar.

Todo iba muy bien, la gente estaba tropicalizada para ver a uno de los actos más esperados, Darkside. Voy a ser brutalmente honesta, desde aquí el festival no estuvo en su mejor momento. A pesar de ser uno de los mejores discos que salió este año, su presentación en vivo no fue mala, simplemente no fue adecuada para el mood en el que todos estábamos después de horas de música. Fue un live act bien cuidado como todo lo que hace Nicolar Jaar, pero no escuchamos las canciones del disco, escuchamos versiones entre rápidas y lentas. Empezábamos a bailar a un beat y de repente se alentaba un rato, y esto paso muchas veces, haciendo que muchos perdieran interés.

Nortec: Bostich and Fussible, quienes quedan de esta agrupación hicieron una presentación con muchas luces, trompetas y trombones. Estuvo divertida y nos regresaron algo del baile que perdimos con Darkside.

Para cerrar el festival tuvimos el set de Nicolas Jaar quien nuevamente empezó con mucho beat y nos perdió varias veces. Pero ahí no acabó. Para dar inició a la siguiente parte de Trópico en donde recibiríamos el amanecer estaba programado Crazy P y nos encontrarnos con la sorpresa de que Jaar cubriría esa hora. Esas hubieran sido buenas noticias si Jaar hubiera hecho un set más bailable, pero de 3:30 a 5:00 am, muchos nos queríamos ir a dormir por falta de beat en su set. Es una lástima que después de la tremenda presentación que Nicolas Jaar dio en vivo en Ceremonia, haya hecho esto. Por un lado se entiende que es su estilo y su trabajo, pero creo que toda la música y los géneros tienen su momento, este no fue el momento de Jaar. Para salvar la madrugada y revivirnos fueron los Pachanga Boys con su techno pegado que es una pesadilla divertida de la cual intentas salir, pero realmente no quieres. Superpitcher y el veracruzano Rebolledo; este par no tiene ese nombre porque son divertidos nada más, realmente son personas que han vivido la pachanga y saben ponerla. Les agradecemos por un amanecer memorable.

Es importante mencionar las fallas que tuvo el festival. Los boletos VIP, realmente no tenían NADA de VIP. Organizadores: pagar el doble y dar una zona y unos baños “mejores” es un robo. Por otro lado, se supone que este festival es en la playa y fue a lado de la playa. Esto no es un error garrafal, estuvimos en el pasto, pero creo que para mínimo recibir el amanecer se pudo haber organizado algo en la arena. Demasiado Nicolas Jaar.  Y por último, muchos compararon a Trópico con Bahidorá. No confundan; Trópico no es Bahidorá, al final se trata de la música, pero cada festival tiene su magia.

Entre un atardecer y un amanecer de baile en la playa vivimos la primer edición de Trópico lejos del caos citadino, el estrés diario, alrededor de amigos y música. Y pesar de los malos detalles que se perdonan todos la pasamos bien.

 

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