Foto VICTOR HUGO MORALES
Por DANIEL OCARANZA
Y Bahidorá lo volvió a hacer. El encanto de Las Estacas, colmado de panoramas verdes, volvió a ser testigo por segunda vez de uno de los festivales que con mayor ligereza se conduce hacia el dificultoso escondrijo del éxito.
El a veces sofocante sol, los previos polvorientos recorridos, e incluso las fastidiosas parvas de mosquitos y cualquier otro minúsculo inconveniente, se veía recompensado en demasía con cada elemento de lo llamado bahidoriano. Los vespertinos rayos solares que penetraban en cada porción de piel de quienes se encontraban en Morelos, se veían asociados con actos como Caloncho, Mahmundi u Oso Leone, quienes con todo una mezcla de sonidos pintorescos que iban desde el clásico post-rock, pasando por un jubiloso folk hasta una deleitosa onda tropical, misma que dominaba no sólo en el escenario sino en toda el área marcada por la abundante fauna, provocaban el enardecimiento de los allí reunidos; enardecimiento que alcanzó un punto álgido cuando el sabor colombiano llegó al carnaval con Bomba Estéreo en voz de una animada Li Saumet con temas como «Bailar Conmigo» y «Fuego».
Y así, pasado el tiempo y la energía solar, desfilaban bandas como la compuesta por los hermanos Bergman, Wild Belle, presumiendo piezas como «It’s Too Late» o «Keep You» cuyos pegadizos y contagiosos ritmos ponían a danzar a cualquiera que pisaba la alfombra verde que sostenía la estructura del único escenario existente en el carnaval. Gastándose los minutos del sábado 15 de febrero, se gastaban también el maquillaje y los ornamentos de las personas, mismos que fueron previamente planeados y utilizados en Las Estacas, convirtiéndose así en una pieza más del adorno al carnaval, y por lo tanto, formando parte y fusionándose completamente con este.
Pasada la claridad del día, arribó el sonido seductor de Poliça, entre batería, sintetizadores, y una absorbente voz de Channy Leaneagh, misma que se veía engalanada por las decenas de luces que comenzaban a contemplarse e impactarse, no con concreto esta vez, sino con la naturaleza misma que destacaba, entre un húmedo y fresco clima provisto por el agua que rodeaba la zona.
El espíritu bailable en las creaciones de Baths combinado con sus piezas ambientales se hicieron presentes posteriormente en temas como «Lovely Bloodflow», así como los sonidos y texturas con bases digitales de TOKiMONSTA, pasando por el sonido elegante y refinado del dúo neoyorquino formado por Jimmy y Tom, Bob Moses, además de las rítmicas y distinguidas melodías de Classixx que pasmaban a la audiencia mediante los sonidos impregnados en piezas como «All You’re Waiting For» o «Holding On».
Todo eso sumado a los potentes beats de Kaytranada y a la seducción y sofisticación de Matthew Dear, funcionaron perfectamente como elemento esencial de Bahidorá 2014, en cuyas figuras de los actos ya mencionados que brindaron todo un festín musical, se encontró el pretexto ideal para deleitarse de toda una atmósfera similar a la de un Edén con estruendos coloridos y clima complaciente, aunado a una magnífica organización, lo cual permite afirmar que la experiencia paradisiaca que significa Bahidorá, lo convierte en uno de los mejores festivales musicales del país, o más bien, en el único carnaval del mismo.
Si formaste parte del paradisiaco día lleno de amor en medio de la naturaleza, compartimos algunas fotos de momentos bahidorianos a continuación.