Everyday Robots
Damon Albarn
Parlophone
90%
Por Cristina Salmerón
No es Blur, pero nos recuerda mucho el estilo de esta banda; no es Gorillaz, pero tiene esa simpatía en algunas rolas; también guarda toques de The God, The Bad & The Queen, pero, en sí, es el sonido de Damon Albarn, el hilo conductor tras estos proyectos musicales.
A sus 46 años de vida y 25 de carrera musical, Albarn decide lanzar Everyday Robots, su primer álbum como solista. Bueno, al menos el primero de larga duración donde aparece él en solitario.
La mejor recomendación que se puede dar de un disco hoy en día es “sí, deberías comprarlo, escucharlo completo y tenerlo en tu biblioteca musical”, y el Everyday Robots se vende fácilmente así. Y no por ser el “primogénito” de una de las leyendas del britpop, o de la música de los noventa, sino porque este álbum contiene 12 tracks que hacen bailar tranquilito, cantar en el coche, mover la cabeza al caminar, al mismo tiempo que mueve sentimientos.
Este disco llega justo en una etapa en la que Albarn se tira a la melancolía y reúne un montón de ideas y ritmos que ha recolectado en su vida y nos las pone en un solo material. Incluye sonidos electrónicos, pero no olvida los orgánicos ni los ruidos de objetos o situaciones que dan cuerpo a sus notas.
“Everyday Robots” abre el disco, esta rola invita a reflexionar sobre ese debate entre los avances tecnológicos del ser humano y la naturaleza (un tópico reiterado en “Lonely Press Play”). Tras un beat electrónico, se escuchan sonidos de flautas, voces e instrumentos de cuerda. Un sencillo nato que engloba la naturaleza de este material.
Temas como “Hostiles” o “The Selfish Giant” se vuelcan más hacia la melancolía, tanto musical como en el contenido de las letras. Esta última canción, tiene una discreta intervención de Natasha Khan (Bat for Lashes), así puede escuchar los coros de Brian Eno en “You & Me” y en “Heavy Seas of Love”.
“Mr. Tembo” es la rola alegre, la del toque Gorillaz. Con el rasgueo de un ukulele y percusiones tropicales, ésta la dedica a un pequeño elefantito que el británico conoció en unos de sus viajes por África. “Parakeet”, de tan solo 44 segundos, también se suma a esta línea animal, ya que Albarn la dedica a los periquitos londinenses que andan por los parques.
“Seven High”, habla también de su ciudad natal: Londres; la escribió mientras contemplaba los rascacielos que hay ahí. “Photographs (You Are Taken Now)” y “The History Of A Cheating Heart” inundan de tristeza; la primera bajo una secuencia de beats y un ostinato que no llega a aburrir, y la segunda con una guitarra casi desnuda que acompañan la voz de Damon.
“Heavy Seas Of Love” es la encargada de cerrar un álbum redondo, con el que el escucha sube y baja de ánimo, atraviesa por calles vacías, se sumerge en el Thamesis, pero resurge para encontrarse con amigos y cantar.