Transfer of Energy [Feelings of Power]
Egyptrixx
Halocline Trance
62%
Por Roy Rojas / @Royswell_
Para su nuevo álbum Egyptrixx abandonó Night Slugs y creó su propio sello discográfico, Halocline Trance.
El angelino Ray Bradbury imaginó un futuro distópico en su novela ‘Fahrenheit 451‘ (1953) que nos coloca en una ciudad en donde los bomberos no apagan el fuego, sino que lo generan por orden del gobierno para quemar los libros que arden precisamente a esa temperatura, 451 grados Fahrenheit. Imaginemos nosotros una versión de ese escenario, que fue llevado al cine por el francés François Truffaut; es gris, sucio, lleno de humo emergido de las llamas amarillas y rojas que iluminan la ciudad oscura, con clamorosos sonidos producidos por las fábricas, es un caos controlado. La estética cinematográfica de ‘Terminator‘ y ‘Blade Runner‘ podrían servirnos de ayuda para construir este lugar, pero nos faltaría algo: la música; el detonante, la llave que nos pone en acción, el botón de “start” para que comience la historia, el fondo detrás de estas imágenes que también imaginó Terry Gilliam en su cinta ‘Brazil‘.
Egyptrixx tiene un nuevo álbum, Transfer of Energy [Feelings of Power], que es el soundtrack perfecto para estas visiones de un futuro industrializado. En su propuesta de sonido el canadiense continúa dibujando el mismo universo sonoro que ya trazó en A/B Til Infinity: drones muy oscuros, metales y ambientes de lluvia. Sólo que esta vez el techno y el bass club no son los elementos principales, no son la base sobre las que ha construido el álbum. Esta ocasión se trata de atmósferas laberínticas.
Un álbum abstracto de nueve temas que según ha dicho el mismo David Psutka mantiene la dicotomía de otras entregas, “tranquilidad y conmoción”. Ansiedad transformada en sonidos de fábricas, con el golpeteo muy usual de su máquina de baterías DX7, fractura y dislocación auditiva en canciones sin estructura.
No es fácil adentrarse en este Egyptrixx, sin importar que sea una continuación de estética sonora, el mood que genera sólo es festivo y alucinante (el techno que se esparce como virus en el cuerpo) en tres temas “Body II Body”, “Discipline 1982” y “Conduit (Repo)”, el resto es arrítmico y contemplativo desde la abridora “Halocline Trance” hasta “Non Vital”. Son construcciones muy trabajadas y detalladas que han dejado un poco la repetición que sí poseen los temas más eufóricos, nos llevan a profundidades a las que no nos había trasladado con otras entregas.
Y es quizá esto último lo que termine por pesar en el álbum, la sensación de confusión y desarraigo, puesto que el álbum nos resulta atractivo, pero poco emotivo. Egyptrixx se transformó en un robot, en una máquina, en un androide del futuro que logró temas interesantes y de alto calibre por contener dos velocidades; pero el resto nos da poco. Anteriormente en sus temas lentos había un grado de emotividad a veces brutal, con notas de sintetizador que cargaban de fuerza a las atmósferas; pero en Transfer of Energy (Feelings of Power) la música está hecha por una máquina para máquinas, y nosotros, aunque hundidos en el mundo digital, aún somos seres humanos.