Dream A Garden
Jam City
Night Slugs
75%
Por José Carlos Martínez
Cuando Jack Latham debutó como Jam City su primer álbum Classical Curves, parecía estar obsesionado con una fusión precisa de techno y post-dubstep, esto provocaba que su material fuera frio, pero grandioso a la vez. Este debut era un mundo de ritmos de martillos neumáticos y flashes ruidosos llenos de glamour.
Para su segundo material, Dream A Garden, es algo totalmente diferente a lo que nos mostró en Classical Curves. Con un sonido desafiante, una producción dura, sintetizadores deformados y latidos de un corazón que parece desvanecerse, así nos presenta esta nueva producción, pero lo más increíble de ella, es escuchar a Latham cantar en algunas partes.
El primer single, “Unhappy”, es un buen ejemplo de este cambio radical en el productor. Esta canción te hará derramar miel de tanto amor, líricamente es de corazón abierto, aunque su sonido es un poco extraño, parece un pop golpeado que intenta lograr algo incierto. “A Walk Down Chapel”, entierra sus voces y melodías bajo capas de un tono sónico. El enfoque que Lathman aplicó para este material es muy productivo, porque en lugar de bañarse en imágenes de ensueño de las animaciones de la vieja escuela o la psicodelia a la que todos intentan llegar, se enfocó a visuales los cuales son indistinguibles a los ojos y los oídos.
Conforme avanza el disco se vuelve más agradable para escuchar, y aunque puede percibirse difícil de digerir, no es así. “Today”, es un track más directo, con toques de guitarra Chic-style mezclado con ritmos cambiantes que la hace una gran canción. Es difícil poder describir cada una de las pistas, pero como todo álbum, hay unas que destacan más que otras, por ejemplo, “Proud”, es como escuchar el espíritu del productor, pero poseído por un cantante de soul, imaginen a qué suena eso.
Por desgracia, no alcanza a estar a la altura prometida a pesar de su gran producción. L composición por momentos puede parecer vana; cambios de acordes serpentean y los elementos se repiten una y otra vez, las capas de efectos y teclados desafinados eventualmente se vuelven opresivos; el álbum no es mucho más que media hora larga de música para el verano.
Un plus dentro de Dream A Garden, sin duda, es la voz de Jack, que flota sobre texturas que se contrastan entre un sintetizador sentimental y grandes arreglos de guitarra. “The Garden Thrives”, es una apertura triunfante; se acopla inmediatamente y el ruido lo hace una melodía valiente que personifica a esta producción en su mejor versión, vivaz e introspectivo.
Aunque puede que no sea un disco que pase a la historia, es un registro optimista, romántico y encantador; entre cada track, hay un contraste sorprendente y que describió en términos musicales como un grito de protesta, ya que la mayoría de las políticas actuales se limitan a la nota de prensa sin ir más allá. Dream A Garden es un descanso de lo aterrador que puede ser nuestra realidad.