Por Ernesto Olvera / @Ernestime
Muchas veces la palabra misterio parece ser un simple enigma. En estos momentos mantenerse de ese modo resulta un tanto imposible por las enormes vías de comunicación que existen en nuestra vida, comenzando por el Internet. Palabra que digan, palabra que estará en la red; no importa que escondan su rostro, de todos modos alguien lo tiene en su archivo y con ello puede llegar a ustedes de la manera más perturbadora del mundo.
Para F ingers el misterio es una palabra que está pasando por una seria reinvención donde los secretos pueden ocultarse en expresiones subliminales de arte. Lo que ellos hacen va más allá de una simple experimentación sonora, son un ejercicio de meditación con el que su mente es estimulada de formas inexplicables gracias a loops y secuencias electrónicas que se van dibujando como si fueran el más puro retrato del infierno.
Queridos lectores, hoy tenemos el gusto de presentarles a F ingers: un diabólico ejercicio de meditación compuesto por tres personas que vinieron a este mundo a devorarse su alma.
La música que hacen no se puede bailar ni mucho menos cantar; son piezas hechas estrictamente para contonear la cabeza en un momento de perdición existencial. Si quieren formar un culto, aquí tienen una opción para musicalizar esos momentos de hipnosis en donde lo único que quieren es liberarse por medio de sacrificios humanos que complazcan sus deseos más impuros.
Sí, hay piezas de F ingers que se inclinan por completo a la tendencia avant garde que venía siguiendo Throbbing Gristle en los montajes escénicos previos al lanzamiento de su 20 Jazz Funk Greats, pero la maldad que vive en su Hide Before Dinner juega con el pensamiento de las personas para ir generando una presión en el pecho que, en lugar de provocarles un infarto, termina llevándolos al placer.
Hide Before Dinner es su álbum debut y lo pueden escuchar completo en el VK de Blackest Ever Black. Como recomendación, escúchenlo con las luces apagadas mientras ven fijamente el increíble arte que lo acompaña.
Créannos, F ingers no se trata de esperar un coro o una melodía genérica, se trata de vivirlo.