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COBERTURA

Festival NRMAL 2016: Día 2 con Slowdive, Battles, Jenny Hval y Blanck Mass

Por Cristina Salmerón / Elizabeth Muñoz / Ernesto Olvera
Fotos Fresale

El Festival NRMAL continuó su jornada con un recorrido musical que iba desde lo más cerdo hasta lo más cautivante e inspirador. Esa es la magia del festival, ya que así como un rato puedes estar destrozándote el cuello y los oídos, también tienes la oportunidad de bailar suavecito o suspirar eternamente cuando cae la noche.

Una vez más salimos del Deportivo Lomas Altas con una sonrisa de oreja a oreja y deseando que pase rápido el tiempo para regresar una vez más. Mientras tanto, aquí les dejamos nuestro humilde recap del segundo día de esta edición:

The Body

No One Deserves Happiness es el nombre del más reciente álbum de The Body y desde ahí, pueden darse una idea de lo sucio y sofocante que resulta escucharlos en cualquier lugar. El dúo es una experiencia que deben de vivir al menos una vez en su vida, ya que con elementos del doom, noise y un poco del denominado power electronics, es como la banda suele crear una tensión muy peculiar que cuando es llevada a un escenario cobra un significado completamente diferente.

Su presentación en NRMAL fue directa y sin rodeo alguno, ya que sin clavarse tanto en su nuevo álbum por tener canciones que fueron diseñadas para ser ejecutadas por más de dos personas, nos regalaron un desgarrador set que en ese momento deseábamos que fuera eterno.

Mark Fell / Baltazar

A diferencia del alto voltaje que devastó nuestro cuerpo el sábado con A Place To Bury Strangers y HEALTH, la tarde del domingo estuvo un poco más tranquila y mucho más enfocada a los sonidos experimentales que tienen la capacidad de adherirse a nuestro cuerpo para hacernos bailar. Este fue el caso de Mark Fell, quien con una respetable carrera como productor, nos fue sumergiendo en un hipnótico trip que se iba alimentando de loops análogos y escapes sonoros que se apegan a la vieja escuela del avant-garde.

Por otro lado y en una muy buena muestra de lo ecléctico que resulta NRMAL, nos encontramos con un cuarteto vestido de negro, con túnicas y sombreros para crear un ambiente de misticismo al mando de los jaliscienses de Baltazar. Con un juego de voces poderosas, Juan Pablo Corcuera, Luis Eduardo y Roberto López, acompañados de Marzos Zavala (Solitario) en la batería, sorprendieron con un show rico en sonidos electrónicos combinados con pianos orgánicos y guitarras ruidosas. Lo que más nos encantó de su presentación fueron los temas “Duele” e “Imperio”.

Blanck Mass / Jenny Hval

¿Blanck Mass o Jenny Hval? Ese era uno de los más grandes conflictos de esta edición de NRMAL, pero eso era algo para lo que teníamos que estar preparados debido a que el cartel estaba repleto de nombres bastante jugosos que de ley se iban a empalmar. Pero bueno, al final nos hicimos pedazos y nos lanzamos a ver a los dos. Por un lado estuvo Benjamin John Power (una mitad de Fuck Buttons) con un set que poco a poco fue creciendo para seducirnos con un oasis de densidad que fundía el noise y el techno en un solo elemento. La ejecución fue impecable, las canciones de Dumb Flesh y su más reciente EP sonaron de maravilla, así que es natural que todos aquellos que llegaron sin conocer a Blanck Mass al NRMAL, ahora lo tengan muy bien ubicado.

Ahora bien, en el caso de Jenny Hval todo fue como se esperaba… bueno, la realidad es que con Jenny Hval nunca se sabe y la incertidumbre iba en aumento después de que los shows de la gira de su Apocalypse, girl tienen una tendencia bastante teatral con la que cada uno de nosotros debe de estar preparado para lo inesperado. Sin embargo, en su presentación del domingo nos mostró un perfil que se fue enfocando más en crear la atmósfera perfecta para hipnotizar a cada una de las personas que se encontraban frente a ella. Sentada sobre una pelota y contoneándose mientras ejecutaba «Kingsize» bajo el testamento de Soft Dick Rock, fue como aprovechaba para expresar su impresión y expectación sobre el público mexicano desde un ángulo bastante irónico.

Después de ejecutar una hermosa versión de «Heaven», Jenny Hval comenzó a hablar sobre lo atípico que es citar a la muerte en un festival donde las personas -en teoría- están felices. Luego de eso se dio el lujo de agarrar su celular y poner una canción de Lana Del Rey mientras se volvía a contonear en su pelota; un momento random que en definitiva nos fue guiando hacía un dramático final con el que simplemente terminó robándonos el corazón.

Jaakko Eino Kalevi

¿Quién diría que un finlandés podría resultar tan cálido con el público? Así lo demostró este músico acompañado de una guapa vocalista y un baterista. Aunque logró captar la atención desde la primera rola, fue con “Deeper Shadows” cuando la gente se puso más bailadora con ese dream pop que recuerda mucho a los 80.

Battles

La demencia que presenciaron el domingo con Battles fue real; cada una de las intensas notas, beats, loops comandadas por Ian WilliamsJohn StanierDave Konopka fueron razones de sobra para perder el control con «The Yabba» y «Atlas». La energía que desprendían sus instrumentos se apoderaba de cada persona que atestiguó su presentación, lo cual llenó de euforia el ambiente.

El zumbido que adormece sus oídos es una prueba fehaciente de que fueron testigos de ese maravilloso estruendo que seguramente siguen saboreando al recordar «Do net» o «Futura», y no es para menos.

Por supuesto que Battles no podían irse sin solidarizarse con sus fans mexicanos con el grito de: «Fuck Donald Trump, we love you!«, y la verdad es que nosotros también los amamos y mucho.

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Slowdive

Verán, cuando se canceló el concierto de My Bloody Valentine en México era prácticamente imposible imaginar a Slowdive en nuestro país. De verdad, es un sentimiento que se fue esparciendo por todas partes debido a que no había manera en la que la banda pudiera visitarnos con su reunión que promete entregarnos un nuevo álbum de estudio. Pero pasó, ese sueño imposible se cumplió y no hay palabras para describir el sentimiento provocado por la banda desde que se subieron al escenario para ejecutar las primeras notas de su track homónimo.

Aunque al inicio hubo un par de fallas con el audio, las cosas se compusieron rápidamente para seguir suspirando con «Avalyn», «Catch The Breeze» y su hermosa «Crazy For You»; canción que en definitiva hizo que nos cayera el veinte de que el ‘Slowdive en México’ era una realidad, que finalmente estaba pasando y que no se debía de tomar a la ligera. La emoción de ver sonriendo a Rachel Goswell (aún cuando un día antes traía un tremendo malestar) mientras Neil Halstead se arrancaba con los primeros acordes de «Souvlaki Space Station» no se puede comparar con nada.

El corazón de su set fue ni más ni menos que «Dagger», un momento en donde el escenario se quedó con colores rojizos y una vela en las pantallas con la que la piel se erizaba más y más. Era un sentimiento que parecía que no podía ser controlado por el cuerpo y en efecto, hubo algunas personas que simplemente no aguantaron y aplaudían con los ojos empapados con «She Calls» y «Golden Hair».

Queridos lectores, esto fue real, Slowdive se apoderó de la ciudad y es algo que nunca podremos borrar de nuestra memoria.

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Acid Mothers Temple

El cierre del festival estuvo a cargo de esta banda de japoneses loquitos que se dejan las melenas largas largas o, si no, bien pueden usar una peluca verde para no quedar disparejos. Kawabata Makoto, líder del grupo, se la pasó bailando y cantando, tocando su teclado y un theremin que tenía a su disposición para hacer sonidos que taladraban el cerebro sin compasión. Quien aún tenía pila y quería fiesta, se fue feliz con Acid Mothers Temple, quienes se encargaron de cerrar con broche de oro esta hermosa edición del Festival NRMAL.

Si bien hace tres años la cantidad de personas que estuvieron en el Deportivo Lomas Altas fue bastante reducida, es de gran alegría ver que en un lapso relativamente corto en la ciudad, NRMAL ya es un festival que se ha ganado el cariño y respeto del cuádruple (o más) de personas que estuvieron en 2014 viendo a Blood Orange, Silver Apples y Wolf Eyes. Eso nos habla de que su arduo trabajo finalmente está dando los frutos necesarios para llegar a más y más corazones que están en busca de una experiencia musical que deje de separar al artista del fan, y que en lugar de eso los junte en un mismo entorno para disfrutar de las bandas que le caen al festival desde distintas partes del mundo.

El trayecto seguramente no ha sido fácil para ellos, pero es de admirar que durante todos estos años se estén manteniendo fieles a sus ideales para entregarnos un pequeño gran festival de alma honesta. Ahora solo tenemos que esperar un año más para descubrir las sorpresas que nos irán preparando para 2017… ¡Te amamos NRMAL!

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