Por Ernesto Olvera
Fotos Fresale
Peter Murphy es y siempre será uno de los mayores exponentes goth de la historia. Incluso podemos quitar esa etiqueta para referirnos a él como EL HOMBRE. Es el retrato de lo que es un vampiro viviente que al momento de caer una luz sobre su cuerpo, éste brillará como si se tratara de un ángel que vino a la tierra para tocarnos el corazón con sus inconfundibles cuerdas vocales.
Puede que su regreso a México no haya sido el más emocionante para muchos debido a que suele visitarnos cada que sale de gira; sin embargo, el formato acústico que presentó en El Plaza Condesa le dio un toque más especial a los clásicos que componen su repertorio como solista, tal es el caso de «Secret» e «Indigo Eyes», canción que cuando empezó a sonar de inmediato despertó los ánimos de cada uno de los asistentes, ya que durante las primeras dos canciones todo parecía girar un poco más alrededor de lo que sus celulares podían captar.
El concierto tuvo una selección de canciones bastante fina y que solo vinieron a reafirmar el poderío que tiene Peter Murphy en la historia de la música, ya que con una sutil elegancia y un toque de romanticismo, también aprovechó para hacerle un pequeño homenaje a David Bowie con su cover a «The Bewlay Brothers», mismo que se ligó rápidamente con uno de los momentos clave de toda su presentación: «A Strange Kind Of Love».
Independientemente de la adaptación del violín en el corazón de la canción, éste se encargó de introducirnos a una parte en la que Peter Murphy empezó a recordar sus momentos más preciados con Bauhaus, ya que mientras sonaban los acordes de «A Strange Kind Of Love» incorporó parte de la letra de «Bela Lugosi’s Dead».
Naturalmente ese no fue el único momento en el que salieron a flote las canciones de Bauhaus, ya que a lo largo de su set desfilaron clásicos como «King Volcano», «Kingdom’s Coming» y por supuesto, su siempre impresionante «Hollow Hills». En general su presentación fue muy completa, en la cual tal vez se hubiera apreciado un poco más de entusiasmo por parte de los asistentes, ya que había puntos muy específicos en donde la respuesta a cada uno de los movimientos e interacciones de Murphy eran bien correspondidas, mientras el resto solo estaba… ahí.
Regresando de vuelta a lo que ocurrió en el escenario, se debe de hacer un mayor énfasis en el impecable estado en el que se encuentra la voz de Peter Murphy. Parece que entre más pasan los años, se va poniendo cada vez mejor.






