Por Milton Barboza
Parece que fue ayer, pero no; hace tres décadas, en 1986, salió a la venta el disco debut de los originarios de Nueva York, los Beastie Boys, material que los ponía en la mira de propios y extraños.
Licensed To Ill atrapó de inmediato a la crítica especializada y a los fans del hip hop, ya que resultaba que unos muchachos de raza blanca, estaban rimando y haciendo ruido en un género que no correspondía propiamente a su raza.
Pero como la música no está para segregar a la gente, este álbum vino a romper prejuicios y abrir el terreno para muchos otros músicos que quisieron probar suerte en esta música que hasta ese momento se consideraba sólo apta para ser creada por gente de raza negra.
Todos y cada uno de los tracks ilustran a la perfección el momento que pretendían generar los Beastie Boys, dándole una nueva idea a la escena estadounidense, interpretando desde una nueva perspectiva el hip hop, apoyados del uso de guitarras y algunos otros instrumentos fuera de la característica de los sampleos y scratcheos.
Mucho tuvo que ver en este proceso de trascendencia la mano de Rick Rubin, el afamado productor de bandas como Run DMC, Public Enemy, Danzig, Johnny Cash, Slayer, entre muchos etcéteras, ya que ayudó a que este material fuera el éxito que ni los mismos Beastie Boys se imaginaban.
Canciones invaluables y ya clásicos conocemos de este disco como son “(You Gotta) Fight For Your Right (To Party!)”, “No Sleep Till Brooklyn” y “Brass Monkey”, que a la fecha siguen vigentes para escuchar varias veces.
En definitiva, esta producción es un infaltable en la colección a sus 30 añitos de vida.