Un encuentro futbolístico entre ambos países puede poner en ventaja a Francia tan solo por el historial que tienen en copas del mundo, pero Dinamarca no es un país que pueda menospreciarse debido a que en su alineación llegaron a tener a uno de los mejores porteros de todos los tiempos: Peter Schmeichel.
El talento que se siembra en tierras danesas no solo se ve reflejado en el ámbito deportivo, sino también en las artes que tienen que ver con la música y la experimentación sonora. Es por eso que en la última década han aparecido un sinfín de proyectos que tienen esta orientación y que poco a poco han construido un imperio que mezcla la nostalgia futurista del pasado, y esa estética moderna donde un freelance recibe una buena lana por hacer memes.
Para muestra está Lust for Youth, una banda encabezada por Hannes Norrvide y que constantemente está rotando su alineación de acuerdo a las agendas que tengan el resto de sus integrantes. A veces está Loke Rahbek con él y en otras ocasiones le toca a Soho Rezanejad, cosa que ha tenido un impacto muy importante en cada una de las facetas de la banda.
Inicialmente LFY tenía una orientación apegada al noise, industrial y grabaciones DIY en cassette, con lo que su personalidad tenía una imagen mucho más sucia y sombría. Sin embargo, cuando entraron al mundo de Sacred Bones Records sus prioridades comenzaron a cambiar para tener una mejor historia, solo que sin dejar de lado la ambición experimental que lleva en la sangre.
Entre álbumes, sencillos, colaboraciones (y colaboradores), EP, CS y compilados, Lust For Youth ya se encuentra completamente establecido en el sector independiente tanto de su tierra natal, como en Norteamérica.
Aún con el enorme trabajo que ha hecho la banda en un tiempo relativamente corto, es muy triste ver que el alcance mediático que tienen no ha explotado por completo a diferencia de los franceses de La Femme, quienes podrían representar a su país sin complicación alguna en un encuentro musical con los daneses.
Pero esto no lo decimos poniendo en tela de juicio los talentos individuales que tienen, sino por el impacto que han logrado en la generación actual que constantemente se está clavando en la red para buscar y bajar música nueva. Tan solo hay que ver la cantidad de gente que es capaz de convocar La Femme en el Plaza Condesa y la de Lust For Youth, para darnos cuenta que no importa el número de lanzamientos que tengan en su haber, sino lo tan pegajoso y accesible que es el sonido de solo dos discos de estudio.
Si tuviéramos que elegir un ganador en este partido musical, nos inclinaríamos más hacia Dinamarca, ya que a veces el nombre menos pensado es el que termina por poner en su lugar a un gigante como Francia.