Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
Llega un momento en la vida donde te encuentras en una fiesta familiar o entre tus mismos amigos, cuando de la nada a alguien se le hace fácil poner un disco de Rock En Tu Idioma. Y está bien, no pasa nada, es natural que todos quieran contribuir con la música de dicha reunión pero, uhm… en caso de que TÚ TÚ TÚ, el que está leyendo esto ha sido la persona que se encarga de poner ese disco (o peor aún, el sinfónico…): Por favor, ten un poquito de consideración (o de madre), ya que hay canciones que definitivamente NO han envejecido tan bien como se pudiera pensar y en lugar de crear un ambiente random entre tus camaradas, estás provocando que vayan por la promo de four loko para tratar de omitir lo que está pasando por sus oídos.
No es que sea una catástrofe o que se le falte el respeto al trabajo de las bandas, peeeeeeero todo siempre tiene un límite y hay algo que en nuestro país sucede con mucha frecuencia: nos aferramos al recuerdo, a la nostalgia y pensamos que la nostalgia es sinónimo de desmadre, cuando pues… noup.
Incluso esa es una de las razones por las que nunca falta el tío necio o el personaje que menciona que ya no se hace «música buena» o que «no hay bandas» en el rock nacional, cuando en realidad sigue aferrado a los mismos hits de siempre. Esos que en lugar de arrancarnos una sonrisa o desatar una mayor conversación, solo hace que hagamos roll eyes y nos vayamos a casa.
Este es un ejercicio para implementar la bonita y caótica fórmula del desapego. No a todos nos gusta y no es porque ya sean «canciones viejas», pero quizá es tiempo de que dejen ir las mismas canciones de siempre para descubrir un mundo nuevo.
Acá les dejamos 15 ejemplos y si ustedes tienen más o solo quieren tirar HATE porque sí, háganlo en @FILTERMexico y /FILTERMexico.
Siempre que salían en la televisión decían algo como «La pura Yesca» (bueno…) y aunque es comprensible que se hayan metido en el gusto musical por tener una mezcla de ska y ritmos locales, «Duerme Soñando» llegó a un punto donde pone a prueba nuestro nivel de tolerancia.