En Hastings-on-Hudson, un pequeño pueblo al norte de Nueva York, Tom D’Agustino (voz), Andrew Wolfson (guitarra) y Zach Slater (bajo) eran tres adolescentes sin rumbo. Durante los largos veranos se dedicaron a aprender a escribir y ejecutar canciones, así como a comunicar emociones complejas.
“Creo que iniciar esta banda fue casi un símbolo de nuestra amistad, queríamos construir algo juntos”, dice D’Agustino. Active Bird Community se convirtió en un emocionante mundo para explorar, un hogar al cual podían huir cuando la vida se volvía muy confusa o muy difícil de navegar.
No esperaban que la banda sobreviviera a la prepa, así que cuando lo lograron tuvieron que elegir: separarse e ir a distintas universidades o quedarse juntos y ver hacia dónde podía ir la banda. Eligieron acabar la escuela, pero continuaron con la banda y con Quinn McGovern en la batería, completaron la alineación definitiva.
En los años posteriores, mientras los integrantes entraban a la adultez y se graduaban de la Universidad, la banda lanzó de forma independiente tres discos: Magnum Opus (2012), I’ve Been Going Swimming (2015) y Stick Around (2017).
Sus dinámicos shows en vivo son producto de la química que sólo se logra con años de amistad. Regresan este 2018 con un entusiasmo contagioso gracias a su álbum titulado Amends. Quizá se trate del álbum con sentimientos más profundos que han lanzado a su avanzada edad de… 24 años.
Para conocer un poco más sobre el origen de esta producción, Active Bird Community no preparó un playlist especial con las canciones que sonaron durante el proceso creativo del álbum.