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‘Hybrid Theory’ de Linkin Park: El disco más vendido del Siglo 21

Hay discos que simplemente llegan en el momento indicado. No importa si es uno orientado al pop, la electrónica, el metal, los sonidos latinos o el denominado ‘alternativo’, pues cuando un álbum cumple con cada una de las características necesarias para convertirse en un clásico de su disciplina, no existe ninguna razón para que no trascienda más allá de ella.

El Hybrid Theory es uno de ellos, pues llegó en un momento muy particular donde el fenómeno del nu metal estaba en todo su esplendor con bandas como Limp Bizkit y Korn, pero al mismo tiempo se estaba desarrollando una transición en el mainstream con la llegada de The Strokes, Yeah Yeah Yeahs e Interpol, pues aunque de manera inicial eran manejadas como bandas «indie», el éxito comercial que tuvieron hizo que se pusiera sobre la mesa el verdadero significado de esa etiqueta.

De cierta manera eso provocó que el nu metal se fuera extinguiendo y después de haber tenido rotación constante en MTV y en películas como Resident Evil, sus protagonistas se fueron mudando a otro tipo de espacios que los pusieron en un nicho que hasta la fecha sigue tratando de mantenerse vigente.

Mientras eso pasaba con figuras como Fred Durst, en el caso de Linkin Park las cosas se fueron yendo hacía una dirección donde su sonido no solo se fue fortaleciendo y expandiendo para ser una banda de estadios, sino que su popularidad los fue sacando de los terrenos del nu metal por medio de la presencia escénica que tenían y la forma en la que Chester Bennington solía atrapar las miradas por medio de su carisma.

Con Hybrid Theory no solo conocimos a Linkin Park, sino también abrieron un nuevo mundo de posibilidades por la personalidad que presentaron desde un inicio, pues si bien la parte musical fue esencial en el momento donde fue concebido, también se preocuparon por presentar una identidad visual que definió es peculiar esencia que logró enganchar a todo aquel que se cruzó en su camino.

Darle play a su debut se sentía como algo vital sin importar si eran fans del metal, el pop o el hip hop, pues de alguna manera se las ingeniaron para incorporar todos esos elementos en canciones como «Papercut», «Crawling» e «In The End», con lo que definitivamente era evidente que Linkin Park no era una banda más del montón de teens que solo buscaban salir y embriagarse en la gira del Family Values.

Lo que vino después del Hybrid Theory es algo que no a todo el mundo le encantó (sobretodo a los que esperaban que hicieran el mismo disco tres veces), pero si ganaron audiencias más jóvenes donde su nombre se fue haciendo cada vez más grande y hasta en un momento canciones como «Numb» entraron a playlist de emo.

El espectro de Linkin Park es más grande de lo que pudiera pensarse, pues no por algo su álbum debut sigue siendo el disco más vendido del Siglo 21, ya que hasta la fecha lleva más de 24 millones de copias vendidas con un trabajo en la producción de Don Gilmore, quien se fue ganando una notable reputación en el mainstream por producir discos de Avril Lavigne, Good Charlotte, Dashboard Confessional y hasta Escape The Fate (realmente supo aprovechar los trends del momento).

Para homenajear a Chester Bennington en el aniversario luctuoso de su muerte, es buen momento para volver a reencontrarnos con este clásico editado hace ya 20 años.

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