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CONTEO

Antics: La pasional grandeza del segundo álbum de Interpol

Por @MyBlogCliche

Si algo siempre ha caracterizado a Interpol, es el ímpetu que tienen para emitir sensaciones con las que nos identifiquemos desde el primer momento. Tal vez en sus últimos dos lanzamientos esa teoria no puede ser comprobada en realidad, pero con Antics dejaron muy en claro que ellos habían venido a este mundo por una simple razón: transformarnos en nuestros únicos confidentes de las historias de pasión, desamor y aventuras con las que se va jugando con fuego, en un ensamble de canciones con los que sus sentimientos se fundían sin problemas con los de nuestros corazones.

La primera década de los dosmiles siempre se ponía a prueba a todas las bandas que aparecían con un impecable debut y con Interpol, las cosas no fueron diferentes. Turn On The Bright Lights es un indudable clásicos que, así como nos fue llevando por terrenos pasionales en los que se podían palpar las emociones de Paul Banks a través del bajo de Carlos D, también evocaron imágenes en donde una exquisita oscuridad se apoderaba de nuestro ser para sumergirnos en el devastador océano de una relación que está destinada a fracasar. Después de eso, resultaba muy emocionante lo que la banda estaría presentando en su segundo álbum de estudio, ya que si bien Antics no está por encima de su debut, las 10 canciones que lo componen son simplemente perfectas.

En el álbum vive un singular confort emocional que se mantiene a flote con sólo una frase memorable en cada una de sus piezas. Eso es algo que hace especial a Antics, ya que todas las canciones cuentan con un sólo elemento distintivo que de inmediato las convirtió en himnos de una generación; himnos que dicen todo lo que un joven adolescente que pasa por una ruptura sentimental desea gritar a los cuatro vientos. Es ahí, donde se convierten en confidentes del pasional piano con el que nos dan la bienvenida en «Next Exit», hasta las agonizantes notas con las que poco a poco nos llevan al climax de «A Time To Be So Small».

Tal vez en la actualidad Interpol no tiene la misma pasión que en ese entonces, pero aún así vale la pena hacerle una mención especial a esta maravillosa producción con la que Interpol puede seguir presumiendo que fueron los autores de dos de los más grandes clásicos de los 2000s y para celebrarlo, les traemos por orden de importancia las canciones de Antics con el elemento que las hace simplemente perfectas.

10. Lenght Of Love: De alguna manera, la banda se las ingenió para sonar arrogantes, sin dejar que eso afectara la estructura de Antics.

9. Public Pervert: En ese entonces, los riffs de sus composiciones nunca habían sonado con tanto poder, como en esta.

8. Slow Hands: Con esta canción, descubrimos que también podíamos bailar con Interpol mientras le cantan a nuestro corazón.

7. A Time To Be So Small: Con sus agonizantes notas de piano poco a poco se fue extinguiendo la nostalgia que flota a lo largo de Antics.

6. Next Exit: Simplemente habla por sí sola y se posiciona como uno de los momentos más hermosos en la vida de Interpol.

5. Narc: La tensión que genera Paul Banks en ‘You should be in my space, you should be in my life’ se puede cortar con un cuchillo.

4. Not Even Jail: El bajo de Carlos D y la guitarra de Daniel Kessler son como una montaña rusa de emociones que conmueven desde el primer momento.

3. «Take You On A Cruise: No hay mejor manera de decirle a alguien que nunca encontrará a alguien como ustedes.

2. Evil: Todo es sobre el memorable bajeo con el que arranca.

1. C’mere:…The trouble is that you’re in love with someone else, it should be me‘.

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