Por José Ignacio Hipólito
Mucho antes de que fuera lugar común mezclar géneros inusuales entre sí, dígase el industrial con el hip-hop, con bandas como Death Grips y Backxwash, o el reggaetón con el flamenco, como Rosalía o C. Tangana, había un proyecto canadiense llamado Junior Boys, que conjunto varios géneros para hacer magia musical. El r&b, el new wave, el techno y hasta el minimal, se conjuntaron en este proyecto que hasta entonces, era inédito.
Del 2004, cuando lanzaron su primer álbum, hasta ahora, han pasado casi 20 años, y para recordar todo lo que la dupla de Junior Boys ha logrado, tuvimos la oportunidad de platicar con uno de sus miembros: Jeremy Greenspan.
Filter: ¿Cuándo descubriste la música electrónica?
Jeremy Greenspan: Probablemente lo primero que escuché de música electrónica fue cuando tenía 14 años. Bandas como Front 242, Skinny Puppy y Nitzer Ebb que solían llamar “industrial”. Ese fue mi primer acercamiento con la música electrónica, pero un poco después empecé a escuchar Detroit Techno, particularmente, lo que se estaba haciendo en la parte canadiense de Detroit: Richie Hawtin, Plastic Man y cosas del estilo.
F: En la carrera de cualquier músico, llega un momento en la que dejas de ser el escucha y te transformas en el que está detrás de la bocina, ¿te acuerdas de ese punto en tu carrera?
J.G: Absolutamente. Cuando era niño, y tenía unos 12 o 13 años tomé clases de guitarra y me enamoré de muchas bandas de rock. Algunas de esas bandas me siguen influenciando, como Steely Dan, Black Sabbath, Rush y lo que típicamente le gusta a un niño de esa edad. Pero cuando escuché por primera vez música electrónica, a los 14 o 15, decidí que era una persona anti-guitarra, guardé mi instrumento y no la volví a ver hasta después de varias décadas.
Por esa razón, hay una gran cantidad de música que mucha gente de mi edad le gusta y yo ni conozco porque era un miope musical. Mi mentalidad era: Si esto no es música electrónica, entonces no tiene valor. El techno en ese entonces parecía tan futurista, que cualquier cosa en comparación era tristemente terrenal. Simplemente me parecía decepcionante que hubiera gente que considerará el rock como un género interesante.
Y viendo hacia atrás ya no me siento así, pero sí creo que un adolescente de 16 años debe pensar así. Cuando la música es tu vida, esas son las opiniones controversiales que debes de tener. Para mí, la música electrónica fue mi punk, mi rebeldía, mi rechazo a lo establecido.
F: Cuando empezaste a hacer música, ¿te sentiste parte de alguna escena, o sentías que lo que estabas haciendo era completamente aislado a lo que estaba pasando?
J.G: Había una escena de gente que hacía música techno en mi área, el problema era que yo era una generación más joven que ellos, entonces no me sentía tan conectado con lo que estaban creando. En mi adolescencia me mude a Londres, y me sentí muy inspirado por lo que se estaba haciendo allá, el drum & bass, y el UK Garage, pero tampoco me sentí conectado con esa escena porque no era inglés.
Por esa misma época me empezó a gustar mucho el r&b, pero no me sentí conectado con esa escena tampoco porque era blanco y canadiense.
Siempre me sentí fuera de contexto en todas esas “escenas”, esa es la razón por la que cuando empecé Junior Boys, había toda una confluencia de inspiraciones de todas estas cosas que me gustaban. Y para ser sincero, siempre he valorado el hecho de que no estoy conectado. Esa es una de las razones por las que me he quedado en la ciudad en donde nací. Mi carrera hubiera sido mucho mejor si me hubiera mudado a Los Ángeles, Nueva York, Berlín, o a una ciudad de esas, pero sentí que mi música se vería afectada si hubiera hecho eso, porque creo que parte de lo que hago musicalmente, se beneficia al estar fuera de ese espectro.
También sentía que si era parte de una escena íntimamente, entonces, me sentiría en deuda o servidor de ella. Vivo en una ciudad en la que muy pocos de mis amigos hacen música y si la hacen, no tiene que ver nada con lo que yo puedo llegar a crear.

F: Obviamente, la tecnología ha cambiado mucho desde que empezaste tu carrera, hasta ahora y me imagino que eso ha cambiado la manera en la que haces música, ¿me puedes decir cómo?
J.G: Cuando hice mi primer álbum, mi computadora tenía sólo 4 GB de memoria. Con eso te digo todo. Y esa era la computadora más avanzada que podía comprar en ese entonces. Y antes de eso, en mi primer trabajo en un estudio, había un aparato que grababa con cintas de VHS y ni siquiera podías editar. Es increíble cómo la tecnología ha cambiado para hacer música.
Lo extraño es que a pesar de lo mucho que ha cambiado la tecnología, yo me estoy volviendo más retro. Por ejemplo, hago las mezclas de mi música en una consola análoga. También utilizo cintas para grabar. Y no es porque sea un fetichista del pasado, sólo elijo las cosas que más me hacen sentido y funcionan mejor.
Cuando empecé a coleccionar herramientas musicales, era muy barato, pero ahora, tengo estos instrumentos y equipo que cuestan sumas exorbitantes de dinero. Me siento muy suertudo en ese sentido.
Pero la tecnología siempre me ha servido de guía, en el sentido que siempre experimento con ella hasta que nace una canción.
F: ¿Es más difícil escribir canciones ahora o antes?
J.G: En el aspecto práctico, es más fácil escribir canciones actualmente. Con una computadora puedes hacer cosas que nunca podrías haber hecho cuando yo era joven. Ahora, lo difícil es hacer cosas interesantes, y es curioso porque muchas de las decisiones musicales que podrías hacer, las hace el programa que estés utilizando para grabar, entonces, es más difícil lograr algo creativo y único.
Cuando yo empecé a hacer música, tenías que descubrir cómo hacer cosas de una manera casi estúpida, y usualmente esa manera estúpida en la que descubrías cómo hacerlo era tu sonido. Ahora es muy difícil encontrar ese sonido que te haga único porque todos están usando el mismo software. Y el hecho de que sea un programa concebido de manera tan brillante y diseñado a la perfección, hace que tus decisiones sean predecibles.
Puedes hacer una canción de electrónica muy muy rápido, también puedes hacer un sonido interesante en un sintetizador con un clic, pero ahora es más difícil encontrar a personas que hagan cosas emocionantes, y cuando las encuentras, es doblemente impresionante.
¿Conoces a Food Man?
F: No, no estoy familiarizado con él.
J.G: Food Man es un productor de Japón que hace cosas muy interesantes. Tiene una cuenta de Instagram en donde te muestra cómo va haciendo canciones con un sampler viejito. Y todos los días, hace algo increíble e inventivo que me sorprende. Y eso es lo que debería ser escribir música.
F: ¿Te acuerdas de lo que estabas pensando cuando escribiste Last Exit? ¿Y cómo se compara con lo que estabas pensando cuando escribiste Waiting Game?
J.G: Interesante. Creo que eran pensamientos parecidos. Lo que siempre he querido alcanzar con la música que escribo es lograr confundirme. Es decir, escribir una canción hasta el punto en el que cuestione lo que estoy haciendo: no sé qué es esto, no sé a qué género pertenece.
Cuando estaba escribiendo Last Exit parecía más extraño de lo que parece ahora. En ese entonces, todos los involucrados en el álbum pensábamos: “Esto no puede ser más inusual”. Ahora hay mucha música que mezcla r&b con electrónica y new wave, pero en aquél entonces, no sabíamos de nadie que lo hiciera. Tampoco sabíamos si las canciones en las que estábamos trabajando eran buenas, y es un sentimiento divertido.
Y con Waiting Game también me sentí así. No sé qué es y no sé si va a ser bien recibido. Algunas partes suenan más a jazz que cualquier otro de nuestros álbumes, y en algunas otras partes suena más minimalista.
En algunos aspectos, Waiting Game es una regresión a lo que solíamos hacer con Junior Boys. La diferencia es que ahora tengo un mayor conocimiento técnico.
F: ¿Te acuerdas cuál fue la primera canción que compusiste para este álbum?
J.G: Sí, fue la canción que le da el nombre al álbum. Y todo comenzó cuando compré equipo nuevo para grabar sintetizadores. Empecé a hacer pruebas y después de varias tomas, me empecé a dar cuenta de que eso podía convertirse fácilmente en una canción. Y en menos de una noche, tenía un tema emocionante.
Me gustó tanto la experiencia que decidí hacer un álbum inspirado en esa sensación.
F: ¿Cuál es el futuro para Junior Boys?
J.G: Vamos a grabar un nuevo álbum en menos tiempo del que siempre nos tomamos, es decir, no nos vamos a tardar más de 5 años como ha pasado en varias ocasiones.
Vamos a salir de gira empezando en enero. Será el 20 aniversario de Junior Boys, así que para celebrarlo, estamos armando un concierto ridículamente largo. Será un show de más de dos horas, en el que toquemos canciones de todos los álbumes que hemos lanzado.
Sólo tenemos shows en Canadá y Estados Unidos por el momento, pero nos encantaría visitar México con este show de aniversario. Siempre nos hemos divertido mucho en México. Hemos tocado en la Ciudad de México, en Guadalajara y en Monterrey y ha sido fantástico, pero aún no tenemos a alguien que nos ofrezca llevarnos.
