Probablemente todos están familiarizados con el trabajo y el legado que gira alrededor de John Carpenter en su paso por el séptimo arte, pues además de ser la mente detrás de las sagas slasher de Halloween, también se distinguen películas como Christine, The Thing, They Live y Escape From New York, por mencionar algunas.
Además, Carpenter fue responsable de la música detrás de las películas y también de otros proyectos cinematográficos que varias décadas después lo fueron llevando a colaborar con Sacred Bones Records para publicar sus primeros álbumes de estudio, teniendo como músicos de apoyo a su hijo Cody Carpenter y el compositor Daniel Davis.
Sin embargo, poco antes de que comenzara a trabajar en el rodaje de la primera película de Halloween, decidió formar una banda con Nick Castle y Tommy Lee Wallace mientras estudiaban en el USC Cinema en 1971.
The Coupe de Villes era el nombre de aquella banda que nació como una pequeña sátira de lo que sucedía en aquel entonces, contando con un solo álbum de estudio llamado Waiting Out The Eighties que fue distribuido con un número de copias limitado a 150.
Sobra decir que en la actualidad es un objeto de culto y poco se sabe de los afortunados que lograron hacerse de una copia en los 70, pese a que algunas de las canciones han estado circulando como bootlegs en Internet.
Pero no crean que la música de The Coupe de Villes solo se pudo escuchar de esa manera, ya que en la primera película de Halloween aparece una canción de fondo durante una escena de Jamie Lee Curtis con Nancy Kyes, justo mientras se encuentran en un coche escuchando música de los 50.
Otro cameo relevante del trío fue en Big Trouble In Little China, pues en esta película de 1985 podemos verlos en escena interpretando una de las canciones que ese mismo año dieron pie al nacimiento de Waiting Out The Eighties en los Electric Melody Studios de California.
De acuerdo con John Carpenter, la música que hacía con Nick y Tommy estaba influenciada por el fenómeno de la «invasión británica» luego de seguir de cerca el trabajo de The Byrds y The Doors, pero al mismo tiempo se dejó llevar por su fascinación por los sintetizadores en los score de giallos italianos como Suspiria.
Si en algún momento se encuentran con una trivia que les pida mencionar una rareza sobre la carrera del director, aquí tienen un dato que no solo los ayudará a responder correctamente, sino también a conocer un emocionante y curioso pedacito de su historia que pocas veces suele ser abordado.
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