Skip to content

COBERTURA

DepecheMode OCESA FotoLuluUrdapilleta 11
DepecheMode OCESA FotoLuluUrdapilleta 11

Depeche Mode: celebrando el simple hecho de estar vivos en el Foro Sol

Fotos: Lulú Urdapilleta/OCESA
Por Ernesto Olvera

Cada segundo que pasa, es un momento en el que nuestro cuerpo y la mente se encamina a lo inevitable de su existencia. Son instantes por los que cada uno de nosotros está pasando sin excepción y, aunque es real que los memes nos hacen la vida más agradable cuando se hacen bromas sobre la edad y el envejecimiento, también es un hecho que aquellas personas que hacen comparaciones entre audiencias por la edad de su público parecen no estar conscientes que, así como se están burlando de un sector de personas, eventualmente se convertirán en todo aquello que critican… como cuando se burlaban de los rockerillos por no escuchar reggaetón.

Horas después del primer concierto de Depeche Mode en el Foro Sol, hubo comentarios y reseñas en publicaciones donde innecesariamente trataban de comparar al público de la banda con el de Taylor Swift, algo que francamente es absurdo. ¿Por qué? Al final, cada quien es libre de experimentar un concierto cómo mejor le plazca; ningún fandom es mejor que otro; los conciertos no son competencias; los conciertos son experiencias para vivirse y sentirse en un estado donde podamos desconectarnos de las cosas que pasan en nuestro día a día y que nos distraen de todo lo podrido para generar sentimientos de emoción, satisfacción, euforia y amor.

Si bien es un hecho que en la primera fecha había muchas personas que parecían estar más enfocadas en sus conversaciones personales, dándole la espalda a la banda para tomarse fotos y angustiados porque no pasaban los vendedores de cerveza, irónicamente son casi las mismas personas que se quejaron de lo apagado que estaba el público, contrario a lo que sucedió la noche del sábado donde todo el Foro Sol se unió en la clásica Ola minutos antes de que salieran al escenario.

La gira Memento Mori es un ejercicio de reflexión sobre la vida y la muerte, partiendo de una narrativa donde nos muestran las cosas tan hermosas que podemos hacer de forma colectiva cuando no tratamos de pasar por encima de los demás.

En esta ocasión, Depeche Mode visitó la Ciudad de México para dar una lección sobre el aquí y ahora; sobre cómo atesorar esos momentos que probablemente no se volverán a repetir, pero que con la tecnología sus fans más adultos y aquellos que están en proceso de descubrimiento podrán revivir desde su habitación.

Los setlist de los primeros dos conciertos fueron similares en un 85%, incorporando una tremenda ejecución de “My Cosmos Is Mine”, proyectando la palpable densidad con la que necesitaba recibirnos un nuevo álbum de Depeche Mode para afrontar el duelo, para luego seguirse de lleno con “Wagging Tongue”.

A partir de aquí, llegó el momento de pasar por una oleada de clásicos que abordaron el sólido catálogo que presentaron entre los 80 y 90 con «Walking In My Shoes», «It’s No Good» y «Everything Counts» (mención especial para el visual con lenguaje de señas que aparece en las pantallas), hasta llegar a la transición de los dosmiles con «Precious».

Es importante mencionar que, para esta gira, Depeche Mode no solo se ha enfocado en la promoción de su nuevo álbum, sino también en visibilizar el trabajo de artistas que poco a poco se han ido abriendo paso dentro de sus respectivas escenas, tal y como lo hicieron ellos en su momento, pues, han tenido como actos invitados a Cold Cave, Young Fathers, DIIV y Kelly Lee Owens, quien justamente los acompaña en Ciudad de México con un set de media hora que deja al descubierto las celebradas habilidades que tiene como productora, compositora e interprete vocal, incluyendo canciones como “Lucid”, “On”, “Ice Melt” y un conmovedor tributo a su recién fallecida abuela en “Jeanette”.

Dicho tributo de Kelly Lee Owens fue muy apropiado en un evento donde justamente nos dimos cita para celebrar la vida y la trascendencia humana, razón por la que el club de fans de Depeche Mode se organizó para llevar máscaras que hacen alusión al Día de Muertos y la foto impresa del rostro de Andy Fletcher para levantarla al frente del escenario con “World In My Eyes”, algo que probablemente podremos ver en el documental que están grabando durante su estancia en México.

kellylee cdmx

Retomando la parte de los cambios en el setlist, estos se vieron reflejados en la parte donde Martin Gore toma el liderazgo vocal, ya que en el primer concierto interpretó «A Question Of Lust» y “Soul With Me”, mientras en la segunda las cambio por «Home» y una versión acústica de «Strangelove». Las cuatro canciones, sonaron verdaderamente impecables con un Martin que en todo momento se mostró con una sonrisa de oreja a oreja.

Por su parte, Dave Gahan es todo un especialista para organizar a toda la audiencia para que las miles de voces se conviertan en una sola con el grito de «Wrong», los ecos de «Just Can’t Get Enough», “Enjoy The Silence” y el tradicional levantamiento de brazos en «Never Let Me Down Again», siendo el retrato más puro de las cosas increíbles que podemos hacer todos juntos al unirnos colectivamente y dejarnos llevar por el mismo sentimiento de satisfacción.

No podemos omitir el notable trabajo que hace Peter Gordeno y Christian Eigner sobre el escenario, y menos cuando contribuyen a la exquisita ejecución de clásicos como «I Feel You», «Stripped» y el explosivo climax de «Personal Jesus». Además, durante la primera fecha tomaron los teclados mientras Dave y Martin nos sumergían en una conmovedora e íntima sesión de piel chinita que culminó con un abrazo entre ellos en “Waiting For The Night” durante el encore, canción que cambiaron en la segunda fecha por “Condemnation”.

Los conciertos de la banda en el Foro Sol son toda una celebración de vida donde Andy Fletcher es el hilo conductor de toda la historia desde el lugar donde se encuentre, pues, no importa si adoras bailar, si eres tímido para moverte, si no cantas, si gritas, si eres adulto, si los acabas de conocer por tus padres o simplemente te quedas congelado por la conmoción, es un momento donde podemos sentirnos más vivos que nunca y nos invitan a valorar el simple hecho de seguir de pie en estos instantes luego de las situaciones de riesgo a las que hemos estado expuestos y que, en los últimos años, provocó que muchas personas que los vieron en el pasado, este año ya no pudieran estar presentes físicamente.

Al final, todos tendremos el mismo destino y lo único que nos queda es disfrutar al máximo, de la manera que mejor les plazca y sin aparentar ser superior que los demás en una celebración al más puro estilo Depeche Mode.

DepecheMode OCESA FotoLuluUrdapilleta 1

Relacionados

Volver arriba