Por José Ignacio Hipólito
La edición 2024 del festival Bahidorá está por celebrarse.
El próximo 14, 15 y 16 de febrero, Las Estacas recibirá a artistas como Ben UFO, Ca7riel y Paco Amoroso, Kaytranada, Floating Points y Frente Cumbiero, en la ya tradicional y paradisíaca experiencia que nos prepara Ache y Distrito Global todos los años desde hace más de una década.
Para prepararnos de la mejor manera, el fundador y programador del festival, Iñigo Villamil, nos platicó un poco acerca de la historia del evento, el proceso de curaduría y el crecimiento del evento a lo largo de los años.
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Filter: ¿Qué diferencias encuentras entre aquella primera edición que se celebró en 2013 y la que se va a celebrar en un par de semanas en Las Estacas?
Iñigo Villamil: Hay mil cosas distintas. Empezando por la cantidad de gente, la cantidad de escenarios y los días que dura el festival. De 3,500 ahora son once mil personas, de sólo tener un escenario, ahora son siete, de una noche, ahora son tres. Y ha evolucionado hacia esa dirección porque queremos que sea una experiencia inmersiva de un fin de semana entero aprovechando el lugar paradisíaco que tenemos. El festival ha ido cambiando de manera orgánica, el evento mismo ha pedido ciertas condiciones. El público ha pedido poco a poco más diversidad musical, que se extienda, que haya más capacidad, y hemos sabido adaptarnos a eso que nos piden.

F: ¿Cómo dieron con Las Estacas al principio?
I: Estábamos buscando un recinto para organizar un evento como el que te acabo de describir, inmersivo y paradisíaco, donde pudiéramos pasar más tiempo conectándonos con otras personas y pasarla bien.
Empezamos a buscar lugares cerca del Valle de México, que ya de por sí, vivimos rodeados de un paraíso, hay lugares espectaculares alrededor, pero teníamos el presentimiento que íbamos a encontrar un lugar en Morelos porque tiene un clima increíble. Queríamos hacerlo a principios de año, febrero o marzo, y haciendo scouting dimos con Las Estacas y ya no hubo nada qué pensar. Se nos reveló. Era perfecto para organizar un evento porque es plano, tiene pasto en todas sus hectáreas, puedes acampar, donde hay sombra, agua y albercas. Hasta 300 camas en donde podíamos dormir a nuestro equipo de producción. Entonces tocamos la puerta, nos la abrieron, y desde entonces es como un romance mandado a hacer.
F: Otra de las cosas por las que destaca Bahidorá es su curaduría. A lo largo de su historia, han tenido en su cartel a bandas legendarias de todos los géneros que me puedo imaginar, tan sólo de mencionar a De La Soul y Mac Miller en el hip hop, Modeselektor en la electrónica, BadBadNotGood en el neo jazz, por sólo mencionar un par. Tan sólo el año pasado trajeron al proyecto de Africa Express de Damon Albarn, que no muchos festivales alrededor del mundo han tenido la oportunidad de tener en su line-up. ¿Cómo ocurrió?
I: El proceso de curaduría ha sido cambiante a lo largo de los años y participan muchas personas. Como director, mi papel es tomar la decisión de si enviar una oferta o no, o en cuánto enviarla, ver el presupuesto e ir llenando esos espacios, esos slots de música, de talento relevante y emocionante, además de que tenga sentido con el momento del día. Esa es una parte. Hay otra parte que requiere de tiempo para descubrir todos estos proyectos, y para esto necesitas una red de apoyo, que te alimente de ideas y filtrarlas para llegar a talentos relevantes, y esa red de apoyo siempre ha existido en Bahidorá. Yo tomo esas decisiones, pero nos ayuda una colega que se llama Lucía Anaya, con la que discuto mucho las oportunidades. Ella nos ha ayudado mucho a conectar con mucho talento y agentes que nos acercan a todos estos artistas que han formado parte del cartel.
También tenemos una especie de focus group, en el que nos juntamos para escuchar música, nos mandamos links, nos ponemos a ver videos de YouTube, y a través de ese grupo empezamos a llegar a talentos extraordinarios. Mis socios también contribuyen con ideas, y fue gracias a uno de ellos que llegamos a Africa Express. Uno de ellos vio el show de Africa Express y por azares del destino conoció a la manager, y le dijo, yo conozco un festival que estaría dispuesto a llevarlos a México, porque no hay muchos, es decir, encontrar a un evento que les de un escenario por cinco horas, con 65 músicos viajando y con un grado de complejidad y riesgo bastante alto, no los hay. Entonces, decidimos invitar a la manager un año antes, y ella dijo, sí, aquí es, y al año siguiente estaba aquí Africa Express.
Siento que Bahidorá inspira a muchos artistas por las características que tiene. Es un festival que no es gigantesco, 11 mil personas son bastante manejables, es como más íntimo y boutique, que a mí me gusta mucho ese término porque está muy cuidado; se come bien, está el río, se puede descansar, es un festival muy rico en ese sentido y algunos artistas prefieren y valoran eso.
El caso de Erykah Badu y Blood Orange fue similar por ejemplo. Y creo que es una manera en la que los artistas pueden decir, sí, podría tocar en estos otros cuatro festivales, pero en este voy a ser headliner, la noche va a ser mía y he escuchado que hay una energía muy linda en el espacio.
F: Me imagino que ahora que mencionas ese focus group en donde descubren propuestas, fue en donde nació la idea de traer a Ca7riel y Paco Amoroso en este formato que se llama Inimputables en la Selva, que me supongo es algo cercano a lo que hicieron en su Tiny Desk de NPR.
I: Sí, algo tuvo que ver. Con Ca7riel y Paco Amoroso ya hemos tenido conversaciones a lo largo de los años. Y cuando me los presentaron, dijimos, estos dos chavos son muy talentosos, hay que traerlos a Bahidorá, y estuvimos coqueteando con la idea durante un tiempo. Y fue justo cuando sacaron el Tiny Desk que explotaron y se subieron a su propia ola y nos confirmaron el show, pero justo, cuando estábamos en conversaciones, dijimos que esto daba para algo más acústico, más instrumental, porque de pronto tienen estos shows más grandes y de estadio, en donde incluso vuelan, y como que Bahidorá no da para eso, como que es un festival para algo más íntimo, y pues los invitamos a hacer algo similar al Tiny Desk, y ellos mismos propusieron ese nombre de Inimputables en la Selva y ese será su show.
F: ¿Qué tan difícil es programar un festival después de tener ya 12 años haciéndolo? ¿Cómo encuentras el horario adecuado para que las bandas fluyan dependiendo del momento del día?
I: Como bien dices, ya tenemos experiencia haciéndolo, y ya entendemos mejor los momentos del día. Y sí, cuando construyes un lineup, independientemente de la diversidad y de los géneros, puedes construir un flow musical entre talento y talento, que se sienta congruencia con el anterior y que conecte en algunos puntos, y así ir evolucionando los géneros de una manera que se sienta coherente. Es un poco como un DJ arma su set, que también puede tocar muchas canciones distintas con una misma intención, y así las va acomodando para su set. A veces funciona mejor que otras, pero eso es lo que siempre intentamos. Por ejemplo, Frente Cumbiero y Diles que no me maten, que son dos bandas muy distintas, van a tocar el mismo día en horarios parecidos, y si bien, son proyectos distintos, estoy seguro de que habrá gente en ambos escenarios disfrutando lo que escuchan. En el caso de Diles que no me maten, la gente va a estar poniendo más atención a los instrumentos y a lo que está sonando, mientras que en el escenario de Frente Cumbiero, la gente va a estar bailando y gozando.

F: Una pregunta que me surge hablando de la audiencia, es el límite que tienen de 10 mil personas. ¿Han pensado en algún momento dejar a Las Estacas para seguir cultivando audiencia?
I: No nos vemos dejando nuestra casa que es Las Estacas. No nos vemos haciendo Bahidorá en otro lugar. Y sí, efectivamente está topada la capacidad a 11 mil personas, pero no es algo que nos preocupe. Es algo así como tener un restaurante chiquito en donde tú mismo cocinas, y tienes tu changarro en la esquina que te gusta, y lo cuidas, y está lleno todas las noches. Y sí, estás tentado a crecer, pero no lo haces porque así te gusta, y así quieres mantener la atmósfera. Y creo que ese es el caso de Bahidorá, que son festivales manejables, cómodos, y es un tipo de producto que es muy diferente a los de 60 mil y a los de mil, y cada uno tiene sus particularidades. Entonces no tenemos ni motivaciones para irnos, ni tampoco para crecerlo.
F: ¿Cuáles son los mejores recuerdos que tienes del festival?
I: Es difícil decirlo pero Erykah Badu fue muy especial, creo que es uno de los que más recuerdo. También algo como los Masters at Work, De La Soul, el año que vino CocoRosie en la primera edición, que era de mis bandas favoritas y dio un show increíble, hasta Nathy Peluso en el escenario de La Estación, cuando todavía no era la artista tan grande como lo es ahora. No sé si son todas, pero son las que recuerdo con mucho cariño.
F: Muchas gracias por tu tiempo, Iñigo. ¡Nos vemos en Las Estacas!
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