Por: Karina Cabrera
Un grito agudo llega desde el escenario, mientras observamos la palabra “slut” escrita en su vientre la escuchamos animando a todas las mujeres a alejarse del mosh pit y acercarse al frente, incluso advierte que si algo les pasa ella se hará cargo, no quiere patanes en su escenario, la pequeña figura sudorosa pronto se sumerge en una nueva canción luciendo un rostro francamente feliz.
Es Kathleen Hanna, la compositora y vocalista de Bikini Kill, ella es la que hace tanto ruido incluso cuando la vemos en un acto de spoken word, también es la protagonista de The Punk Singer, documental donde la directora Sini Anderson explora el arte, la fama y el activismo de un orgulloso icono feminista cuyo único temor no es que no le impidan hablar, sino que su propio cuerpo la limite.
Después de rechazar un proyecto previo de Le Tigre, que se concretó como Who Took The Bomp? (2010) en manos de la directora Kerthy Fix (Strange Powers: Stephin Merritt and the Magnetic Fields, 2010), Sini Anderson logró convencer a Kathleen Hanna de abordar su vida a través de un documental, una idea que no parecía apropiada después de los desafortunados encuentros de la vocalista con medios de comunicación en la década de los 90, sin embargo Hanna comprendió que era una oportunidad para mostrar los ideales de una época que no ha estado dormida pero resurge a través de una cuarta ola de feminismo (ver sus declaraciones en la época en que se arrestó a las integrantes de Pussy Riot).
Con ese punto en la mira, The Punk Singer no sólo es un filme donde se cuenta la historia de Kathleen Hanna a través de grupos como Bikini Kill, Le Tigre y The Julie Ruin, es un documental terminado a través de una campaña en Kickstarter sobre una cantante punk en un momento en que diversos grupos de mujeres aceptaron la invitación de correr hacia el escenario y hacer suya la tercera ola de feminismo a través de fanzines, música, performances y diversas manifestaciones públicas, que después fueron torcidas por algunos medios de comunicación y provocaron el aislamiento de cualquier idea prejuiciosa sobre mujeres traumatizadas por su pasado, padres abusivos o el pobre concepto de feminazis.
Es un documental entretenido, pero también es revelador y emotivo alrededor del movimiento riot grrrl y las cuestiones de salud que alejaron repentinamente del escenario a Kathleen Hanna en el año 2005. The Punk Singer principalmente celebra su entusiasmo a través de múltiples declaraciones, desde Kim Gordon (Sonic Youth) y su esposo Adam Horovitz (Beastie Boys), hasta Joan Jett, Corin Tucker (Sleater-Kinney), Carrie Brownstein (Sleater-Kinney, Wild Flag, Portlandia) y todas sus compañeras en sus diversos grupos tienen una razón para colocarla como una poderosa voz que comprende el poder simbólico sin sacrificar su conexión personal con la causa.
Las múltiples imágenes de archivo muestran rápidamente lo que hizo a Hanna tan provocativa, inclinada a las contradicciones tanto en el mensaje como en la forma de enviarlo, que habló a una vasta comunidad de mujeres que compartían la misma mentalidad y que puso las palabras riot grrrl en cualquier mujer que quisiera decir algo, incluso si eso significa guardar silencio porqué ya no se tiene nada que decir y volver después para contar las verdaderas razones de su repentino retiro. El camino que ardía a través de su micrófono es significativo y The Punk Singer se encarga de que su voz nuevamente se abra paso después de la enfermedad.
The Punk Singer se presentará dentro de la sección Cuadrante del festival Distrital 2013: Cine y Otros Mundos el miércoles 5 de junio a las 15:00 horas en la Cineteca Nacional y el jueves 6 de junio a las 19:00 horas en el IFAL: Sala Moliére.