El flamenco, originario de la etnia gitana española, es un género que cada vez más se va abriendo a otros vientos. Un ejemplo es la bella canción que el guitarrista sevillano Raimundo Amador tocó con la cantante islandesa Björk, So Broken. Fue descrita como el deslizarse de un caracol sobre la hoja de una navaja.
Otra muestra de este hecho fue la rola que el famoso guitarrista Paco de Lucía se aventó con Bryan Adams, así como el disco Lágrimas Negras, ya una referencia, que surgió de la colaboración entre el cantaor El Cigala y el pianista cubano Bebo Valdés.
Los granadinos Lagartija Nick tienen un disco entero con el cantaor Enrique Morente, llamado Omega, donde el flamenco y el rock más profundo y oscuro se dan un abrazo tremebundo.
Los dos últimos discos de la banda española Los Planetas han planeado precisamente sobre la idea de unir el flamenco con el rock y el pop. Tanto La leyenda del espacio como Una ópera egipcia son discos conceptuales donde los diferentes “palos” (subgéneros) del flamenco son asumidos y adaptados al indie pop característico de la banda.