The Physical World
Death From Above 1979
Last Gang
72%
Por Ernesto Olvera
Es muy extraño todo el fenómeno que se desató con la reunión de Death From Above 1979 con tan sólo tener un álbum en su haber. Si, You’re A Woman, I’m A Machine es esencial, pero su reunión nunca fue algo realmente grande o que viniera a alterar las emociones de las personas. Más bien, su reunión llegó en un momento en el que Coachella comenzaba a generar inmensas expectativas sobre qué banda se estaría juntando para tocar en su festival, como el caso de Refused (aunque con Refused hay una historia). Teniendo eso en cuenta, resulta muy interesante lo que la dupla ha creado con su segundo material de larga duración, después de haber estado viajando por todo el mundo para promocionar un álbum con el que se ganaron menciones la década pasada en canciones de CSS y, en su momento, fuera incluso sampleado por Crystal Castles.
The Physical World no contiene elementos nuevos, ni es el álbum que estábamos esperando por parte de ellos, pero cabe mencionar que a lo largo de las canciones nos encontramos con los mejores bajeos que nos ha regalado Jesse F. Keeler hasta el momento. Y aunque en realidad no es una producción que sirva como parte aguas en la carrera de DFA 1979, de algún modo se percibe como un ciclo que por fin ha llegado a su fin, ya que algunas canciones como «Virgins» van flotando en la frustración de no haber sido terminadas hace 10 años, mientras que en «Cheap Talk» la banda se muestra en su mejor forma. Digamos que no hay un equilibrio real en The Physical World; las canciones dependen demasiado de la cavernosa y contundente forma con la que suena el bajo, ya que incluso la batería en ocasiones llega a ser absorbida por las gruesas cuerdas que son golpeadas una y otra vez por Keeler.
Hay muchas cosas que harían quedar mal este segundo álbum de DFA 1979, pero aún con sus puntos bajos, también hay cosas que se deben de rescatar como la forma en la que decidieron mantenerse fieles al frenético impulso de su debut, pero sin caer en la fórmula que los haría entregarnos una insipiente segunda parte de You’re A Woman, I’m A Machine. En lugar de eso, canciones como «Government Plates» se encargan de darle una sólida personalidad al álbum, el cual pudo ser un tremendo fiasco si se hubieran inclinado un poco más por lo que estuvo haciendo Sebastien Grainger en solitario.
En cuanto a la producción, Dave Sardy, productor que ha trabajado en el pasado con Nine Inch Nails, realizó un impecable trabajo al hacer un mayor énfasis en la limpieza que debe de existir en una grabación cuando se cuenta con unos acordes del calibre de DFA 1979, con lo cual «Right On, Frankestein!» y «Trainwreck 1979» proyectan la imagen que pudo dar como resultado un impresionante regreso por parte de la banda. Tal vez a Sebastien Graigner no le importa en realidad si les gusta el disco o no porque ‘ustedes lo pidieron‘, pero al final del día no resulta tan convincente que bajo esa idea nos esté presentando un álbum en el que claramente no quedó exhibido su verdadero poderío. Eso si, The Physical World abre una emocionante puerta hacía lo que está por venir con el dúo, ya que sin entregar algo realmente impresionante, siguen dejando muy en claro que son dueños absolutos de un estilo que solamente ellos pueden dominar y claro, es el pretexto perfecto para verlos en vivo.