Foto Leslie del Moral
Por Sandra Valerio
Como cada año, Av. Chapultepec, una de las avenidas más importantes de Guadalajara, recibe talentos convocados por RMX, estación que se caracteriza por su gran apoyo a propuestas emergentes y difusión de las ya consolidadas. Hacia las 3 de la tarde del día sábado, los asistentes ya comenzaban a recorrer la avenida Chapultepec que albergaba para entonces stands y por supuesto los cuatro escenarios: 212, Volaris, Panamérika, Bienestar Jalisco y como plus, el DJ Booth.
Galgo, propuesta tapatía que vale la pena seguir de cerca, fueron los encargados de abrir actividades en el Panamérika, su sonido rock-pop ambientó a los “madrugadores” en busca de sonidos frescos que renuevan la escena. A la par, en el escenario Volaris, Taco Bambú llenaba la calle con sus ritmos reggae y ska que ya anticipaban la fiesta. Mientras poco a poco se llenaban las calles, Ayer Amarillo presentaba su electro-rock en uno de los escenarios principales, mientras Montenegro hacían lo propio ante una audiencia en crecimiento. Ya más entrada la tarde, La Vida Bohème hacia brincar a los asistentes que no perdían detalle de la presencia escénica y la buena vibra que transmiten los venezolanos. Al otro extremo sonaban ya las guitarras y el «Salto de Rana» de Play&Móvil Project, quienes dejaron el ambiente ideal para que el público recibiera a Elis Paprika & The Black Pilgrims. La oscuridad se hizo presente, la impaciencia crecía ante el retraso en los horarios de cada escenario, aún así, la gente llegaba, caminaba, corría y esperaba para seguir viviendo a full uno de los eventos más importantes que ofrece la Perla tapatía cuando de rock se trata. En ese tenor sonó la guitarra acústica de Elis, quien ante la impaciencia del público no pudo mas que presentarse como “Soy su pinche diosa”, los aplausos sonaron entonces y la sucesión de éxitos no paró. La música no fue pretexto para olvidar la situación que vive nuestro país, canciones como “No Me Vas A Callar” de Elis, fueron el himno ideal para levantar la voz en nombre de los 43 normalistas.
Pasadas las ocho de la noche, The Mudhowlers tomaron el escenario Volaris e hicieron sonar su rock de raíces clásicas, a lo que el público respondió con atención, asombro (para quienes no habían tenido la oportunidad de verlos) y sobre todo, como lo merecía la banda después de un sonido impecable lleno de fuerza y presencia escénica; sin duda The Mudhowlers son de las propuestas que tardan años en surgir pero que llegan para quedarse.
El momento más esperado llegó, se apagaron las luces en el escenario principal, visuales en blanco y negro y un intro que anunciaba la esperada aparición: Woodkid estaba en la casa. Su sonido fue envolvente, su música provocó la euforia de fanáticos que le habían esperado por largo tiempo, y la sonrisa en el rostro de Yoann mostraba al término de cada canción, que la noche era para disfrute de todos. Fue breve su actuación, pero consistente, y aunque todos se quedaron con ganas de más, Yoann agradeció varias veces en español a todos por el cálido recibimiento.
El cierre de la gran fiesta que año con año se vuelve el 212, corrió por parte de Nortec, quienes como ya es costumbre, pusieron a brincar a todos, incluso a los que ya no podían más después de caminar de escenario a escenario, pero nada importó, Nortec hizo de las suyas y devolvió la energía al público que con la euforia a tope, no cesó de bailar con cada intervención del colectivo.
Pasada la 1 de la mañana, concluyó la edición 2014 del Festival RMX, no era el horario planeado y la puntualidad en los horarios de cada escenario les sigue fallando por mucho (en este año el retraso fue de hasta dos horas), aún así, las personas lo disfrutan, lo celebran, se unen, y por una vez al año, no importa el tiempo, importa la música, los amigos y todo lo que a lo largo de esa avenida principal se vive y se escucha.