Skip to content

NOTICIA

Reseña 'The Pale Emperor' de Marilyn Manson

The Pale Emperor / Marilyn Manson

The Pale Emperor
Marilyn Manson
Hell, etc.
45%

Por Roy Rojas / @Royswell_

– “¿Crees que 1998 fue un buen año para la música?”, le preguntaron.

Marilyn Manson respondió: “No en realidad. Fue bueno en el sentido en que mucha gente está sedienta de rock, pero muchos se han rendido en el rock”. Aquel año acaba de publicar una obra potente, la segunda parte de una trilogía (¿es acaso la mejor producción?); Mechanical Animals es un trabajo notable, uno de los picos más altos en la trayectoria del nacido en Ohio.

El rock no está muerto, está resurgiendo”, asegura 17 años después. Y afirma haber descubierto en el blues el origen del rock y usar este sonido en The Pale Emperor, su más reciente grito tras tres años en silencio.

Marilyn Manson no está muerto, simplemente es un zombie que camina por hambre y a su paso devora cerebros de los que aún se mantienen interesados en su figura. Pero si examinamos su carrera comprobaremos que se le agotan las ideas, se le acaba el combustible, se le va de las manos la imagen que él construyó hace poco más de 25 años, se hunde más en la mediocridad creativa. ¿Qué pasaría si el periodista Brian Warner tuviera que escribir sobre The Pale Emperor? ¿Qué le diría el Marilyn Manson antiamericano de Portrait Of An American Family a esta nueva versión que canta sobre una borrachera de siete días? ¿Qué le diría The Worm, el personaje central de Antichrist Superstar, a Mefistófeles de Los Ángeles (como se hace llamar ahora)?

Manson no tiene nada que decir: ya no hay que temer de su personaje porque se ha transformado en el producto americano que por tantos años desdeñó. En sus letras no hay critica a una sociedad que tiene tantos aristas sobre los cuales podría vertir su mordacidad, y es que la sociedad le abrió las puertas y lo dejo formar parte de ella. Cabría escribir ese cliché que dice “está de regreso” musicalmente con la inclusión del blues como eje central en el ritmo del nuevo álbum, aunque no deja de volverse en ciertos ratos monótono y aburrido.

Tyler Bates su nuevo “amigo”, descrito por Manson como alguien único, y quien es conocido por su trabajo haciendo scores de cintas y series norteamericanas le da vitalidad al sonido decadente y anacrónico que venía mostrando la banda desde The Golden Age Of Grotesque, el heavy metal comercial tedioso y sin potencia. The Pale Emperor sigue siendo comercial, pero tiene fuerza, es atractivo; es la clase de música que pudo usar David Lynch en Lost Highway si hubiera existido en aquel entonces (el propio Manson hace su cameo en esa cinta), aunque le queda corto a su tríptico que se caracterizó por ser brutal en sonido, con propuestas musicales distintas para cada álbum, por ser piezas conceptuales que narraban una historia en la que podíamos encontrar fragmentos de la “realidad” y que cuestionaban todo un sistema hipócrita; y por darle a la banda suficiente credibilidad para hacer lo que le viniera en gana, para ser el dolor de cabeza de la iglesia y del sector más conservador de norteamérica,

Manson ya no irrita a nadie y lo peor, excita a pocos.

Y la banda no tiene la cohesión que alguna vez logró. La mejor versión de Marilyn Manson la logró por la unión de todos los integrantes: Twiggy Ramírez y su personaje demencial con un bajo punzante y las líneas de guitarra rasposas y furiosas en Antichrist Superstar o melódicas en Mechanical Animals; Ginger Fish con su figura travesti y su batería con ritmos distintos en cada tema, no sólo tarolas y bombos, era violento cuando así era necesario y le daba un sonido especial para cada álbum; o el sintetizador siniestro en sus temas oscuros o futurista en la parte más glam de la banda de M.W. Gacy.

¿Podemos olvidar el pasado y pensar en el presente de la banda? No. Brian Warner construyó un monstruo y ahora es simplemente un puppet que en The Pale Emperor no muestra su característica iconografía, sus imágenes transgresoras de sus diferentes personajes que iba armando y que alcanzaron su tope más alto en The Golden Age of Grotesque de la mano del burlesque y del artista Gottfried Helnwein con sus imaginario que mezclaba elementos nazis, eróticos y personajes de Disney.

¿Qué es pues aquello que mantiene con movimiento al reverendo? The Pale Emperor es cadencioso y contagioso; blues y rock que lo hacen poco “stoner” y que no imaginamos alguna vez como en “The Devil Beneath My Feet”, “Killing Strangers”, “Cupid Carries a Gun” y “Birds of Hell Awaiting”. Diez temas con tres extras en la edición de lujo, siendo estos tres lo mejor que ha hecho desde hace 15 años: en acústico le da una perspectiva distinta al personaje, es arriesgado y quizá esa hubiera sido una vertiente en donde el álbum se desenvolvería mejor.

Su voz no tiene aquellos toques diabólicos o gritos rabiosos, sólo es la voz gruesa que languidece al final de los temas. Y su voz generacional, su voz como artista, como artista que montó exposiciones de pintura, que realizó proyectos cinematográficos, su voz que no tenía piedad con políticos o sacerdotes está apagada, ahora los peores enemigos de los políticos son los políticos, y los sacerdotes se han encargado de exhibir las prácticas reprobables de la iglesia. Entonces, ¿para qué necesitamos a una decadente figura larga y ahora poco obesa del casi cincuentón?

Marilyn Manson no está muerto, pero quizá Brian Warner debería considerar en matarlo.

Noticias relacionadas

Volver arriba