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CONTEO

David Bowie y su paso por el séptimo arte

Por Elizabeth Muñoz

El ingenio del maestro David Bowie parecía interminable, eterno y lo es. No voy a decir que el día de hoy perdimos a una estrella, porque su legado nos ha dejado mucho más que 25 discos, fueron más de cuatro generaciones de músicos y artistas que se vieron iluminados por el talento del Duque Blanco.

Desde mi punto de vista cada uno de nosotros tomó un pedazo de David Bowie, a partir del primer momento que entró a nuestras vidas. No importa bajo que personaje, canción, disco o época, todos nos hemos visto conmovidos y sorprendidos con cada movimiento y decisión, cada historia y composición que se dio a lo largo de su trayectoria para crear a la leyenda.

Sobra decir que su creatividad no conoció límites, incluso antes de morir preparó un disco que ahora sabemos era parte de su despedida. David Bowie fue arte en su máxima expresión, la innovación encarnada; una luz que permitió alumbrar nuestras apáticas vidas para mostrarnos que la mejor manera de vivir es manteniendo tu locura.

Bowie fue héroe más de una vez,  nos llevó a explorar Marte en una odisea en el espacio comandada por el Major Tom, nos enseñó que ser diferente es una forma de vida y no un estado mental; que podemos ser cualquier cosa, sin importar que cambiemos de estilo cada cinco minutos; que ser rebeldes nos mantiene jóvenes; que la vida es muy corta y que lo mejor que puedes hacer es mantenerte raro, perspicaz, enérgico e inquiero hasta el último de tus días. El cáncer nos arrebató a Bowie pero su obra lo hará eterno.

Jamás me imagine escribir un especial postmortem de Bowie, pues tan solo la idea de su deceso era algo que sencillamente no figuraba dentro de mis pensamientos, este tipo de estrellas parecerían comprar la eternidad y en definitiva es más fácil visualizar tu propia muerte que la de un genio como él. Lamentablemente nos encontramos escribiendo esto en uno de los días más desafortunados del 2016, pero no dejaremos que la pena nos consuma y seguiremos celebrando su trayectoria, su vida y su extravagancia.

Esta vez con un listado en el que Bowie figuró como actor, algunas veces con papeles importantes y otras con algunos cameos, pero que siempre dieron un poco de sentido a la historia del filme, así despedimos al camaleón:

The Hunger (1983)

The Hunger, tal vez represente una de las películas más bizarras acerca de vampiros, en el que Bowie figura como uno de los protagonistas bajo el nombre de John Blaylock, quien se da cuenta que la eternidad no va de la mano con la juventud y busca una salida para detener su acelerado proceso de envejecimiento.

The Man Who Fell to Earth (1976)

The Man Who Fell to Earth fue el primer largometraje en el que aparecería Bowie como principal protagonista, en la que interpretó a Thomas Jerome Newton, un alien que llegaba al planeta tierra en busca de agua para su planeta a punto de extinguirse.

Labyrinth (1986)

Uno de los personajes más emblemáticos al que Bowie dio vida fue Goblin King, para la película Labyrinth de 1986, una especie de villano que le hace pasar un mal rato a una niña de 16 años al quitarle a su hermanito por lo que tendrá que resolver un laberinto para que Goblin King lo libere.

Basquiat (1996)

Andy Warhol fue otro de sinónimo de arte y extravagancia y no podríamos pensar en otro que no fuera David Bowie para interpretar su papel para la película.

The Last Temptation of Christ (1988)

Una de sus interpretaciones más serias y emblemáticas fue la de Poncio Pilatos en The Last Temptation of Christ. Papel con el que tiene una discusión con Cristo acerca de llamarse a sí mismo el Mesías.

Zoolander (2001)

Las interpretaciones de Bowie no fueron siempre serias, tal es el caso de su aparición como el mismo en Zoolander, en el que apareció de la nada para calificar las poses de Derek Zoolander y Hansel.

The Prestige (2006)

The Prestige, es el tipo de película que te deja analisando por un rato como es que fueron pasando los suscesos en los que dos magos de nombre Robert Angier y Alfred Borden, interpretados por Hugh Jackman y Christian Bale, se disputaban el puesto por el mejor acto. En este caso Bowie da vida a una versión de Nikola Tesla quien le enseña a  Angier el truco de duplicar cualquier clase de objeto.

Absolute Beginners (1986)

En 1986 se adaptó el musical de Colin MacInnes para llevarlo a la pantalla grande, en la que Bowie interpretó a Vendice Partners un ejecutivo de publicidad que ayuda a Colin a ser popular.

Everybody Loves Sunshine (1999)

Para esta película Bowie entra al mundo de los gánsters con el nombre de Bernie, un viejo delincuente que lucha por mantener la paz en su territorio.

Yellowbeard (1983)

En Yellowbeard, el Duque Blanco tuvo una pequeña aparición bajo el nombre de The Shark. El rumor dice que esta aparición se dio debido a que Bowie estaba de vacaciones en el mismo lugar donde se llevaba a cabo la filmación por lo que lo invitaron a participar en la película.

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