Bélgica y Japón se van a disputar el pase para llegar a los cuartos de final en Rusia, y aunque no sea el partido más ruidoso de toda la eliminatoria, si son dos países que culturalmente tienen mucho que ofrecerle al mundo e incluso en la música han dejado muy en claro que su contribución ha sido esencial.
¿Cómo? Pues una muestra de eso que les decimos quedo plasmada en el documental The Sound Of Belgium, el cual explora la historia de la música electrónica en Bélgica, cosa en la que no se había profundizado en el pasado y menos cuando dicha narrativa no solo se centra en el techno y el dance, sino también en su faceta más oscura comandada por el EBM.
El documental se clava de lleno en la raíz, abordando los proyectos que consolidaron su escena a inicios de los 80, 80 y la primera parte de los dosmiles.
Para fortuna de todos nosotros, The Sound of Belgium se encuentra disponible en streaming desde su micrositio en Boiler Room. Acá una probadita:
Japón no se queda atrás en sus contribuciones a la música y no solo por el alcance mediático que llega a tener el J-Pop, sino que también sus tierras han producido talentos que van más allá de lo inimaginable por el deseo que tienen por experimentar con los instrumentos que tienen a la mano.
La cultura japonesa no solo ha sido abordada en un simple documental, sino que en años recientes han aparecido varios documentos audiovisuales donde se cuenta a detalle lo que sucede, principalmente, en el ámbito experimental.
Uno de ellos es Live From Tokyo de Lewis Rapkin, en donde podemos sumergirnos en las labores de bandas de culto como Nissennenmondai, Boredoms y Tenniscoats. Échenle un vistazo: