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ENTREVISTA

Deer MX: política, música y la humanidad contra la naturaleza

Por Diego Navarrete

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta cualquier banda emergente es encontrar espacios donde pueda presentarse y tener oportunidad de crecimiento. Pero tratar de hacerlo en un país muy diferente al tuyo, con otro idioma, entre tensiones políticas y en medio de una pandemia mundial es un reto monumental.

Deer MX es un proyecto musical encabezado por Adriana Falcón y Miguel Bastida, un par de mexicanos que llevan 10 años viviendo en Hong Kong y que en los últimos años han emprendido un proyecto musical que ha tenido la oportunidad de crecer en diferentes partes de Asia y Europa.

A principios de agosto estrenaron el sencillo Animals, tercer single que conformará su nuevo álbum, proyectado para lanzarse en 2023. Platicamos con la pareja mexicana sobre su experiencia en Asia, la escena mexicana y su proceso de composición.

Un gusto poder platicar con ustedes ¿Cómo es la experiencia de ser una banda mexicana en Asia?

Miguel Bastida: Es como de outsider.

Adriana Falcón: La idea de vivir en Hong Kong fue accidental. Nosotros no planeábamos quedarnos aquí y mucho menos emprender como una banda o algo así, eso fue como causal.

Siempre hemos platicado que hay cosas buenas y malas. De las que han sido a nuestro favor es que no hay un camino recorrido y tan profesional con respecto a la música underground en Hong Kong. Aquí tienen una estructura de la industria de la música pop relativamente grande. De ahí en fuera no han desarrollado otro tipo de música.

Previo a la pandemia no había una gran cantidad de bares ni de lugares en donde emerger. La ciudad estaba dividida, es muy localista. Sí somos muchos extranjeros, pero no es la misma fuerza que tiene un público extranjero con respecto a la fuerza que tiene un público chino.

M.B.: Los extranjeros estamos como en rotación. A raíz de la pandemia y por lo que está pasando con el gobierno, mucha gente que conocíamos se está yendo. Inclusive antes de eso había gente que nada más venía seis meses a Hong Kong, de aquí se iban a Japón y luego a Corea, porque solamente son pasos para hacer dinero.

Hong Kong realmente es un centro para hacer la cantidad de dinero que quieras y realmente el arte está perdido. Lo que decía Adriana, la industria pop es gigantesca, Hong Kong quiere hacer sus versiones de bandas surcoreanas al estilo de BTS. Son cosas que solamente son hechas para la gente y ya es lo único que se vende.

A.F.: Algo que nos benefició es que al menos había dos festivales grandes donde existía cabida para bandas tanto locales como extranjeras y fuimos parte del line up del Clockenflap, quees como el equivalente al Corona Capital, porque vienen actos muy grandes de todas partes del mundo, principalmente de Reino Unido y Estados Unidos.

Luego hicieron la edición de Sónar en Hong Kong y también fuimos parte del cartel. De alguna manera eso nos está indicando que, pese a que no hay gran exposición de bandas, nos consideran como una que está trabajando constantemente y que está haciendo las cosas profesionalmente y eso para nosotros sí es alentador. Hemos construido de alguna manera un trabajo que poco a poco se replica, si no de manera masiva, pero por lo menos estamos siendo considerados.

Independientemente de los contras que hemos tenido, tener una banda nos ha ayudado mucho a aprender a organizarnos y a hacer las cosas sin que haya una escena, sin que haya apoyos, sin que haya nada. Básicamente de cero. Y afortunadamente nos funcionó porque no solamente desarrollamos el proyecto en Hong Kong, sino que empezamos a movernos dentro de la región asiática, Europa y hacer una visita rápida a México.

¿Qué papel juega la política dentro de su música?

A.F.: Es muy interesante porque el primer sencillo que lanzamos este año tenía que ver con una sátira en la política mundial en general. Nosotros vivimos muy de cerca la crisis política de Hong Kong en el 2019. Incluso quedamos atrapados en el aeropuerto.

Coincidió porque estábamos saliendo a México y justo tomaron el aeropuerto, los vuelos se cancelaron y hubo un enfrentamiento con policías en la noche. Estuvieron arrojando gas pimienta en el lugar, fue desastroso. Teníamos una sesión programada en México y el plan era estar un día antes, relajarnos, pasar tiempo con nuestra familia y todo se fue para abajo porque llegamos tarde al país. Llegamos básicamente a tocar del aeropuerto a la sesión. Entonces desde ese año, clausuraron muchos lugares en Hong Kong debido a las tensiones políticas.

Algo que me llamó mucho la atención fueron algunas posturas extremistas.

Yo trabajo justo en la frontera de Hong Kong, con China y, para darte un contexto, la gente básicamente se opone a que el gobierno central chino determine quiénes van a ser los candidatos para jefe de gobierno de Hong Kong. Entonces existe esta pelea entre los chinos que están viviendo dentro de China y los que están viviendo en Hong Kong.

Yo soy maestra, doy clase a niños, y me daba mucha tristeza ver cómo marcaron las casas de las personas que eran de origen chino y les decían «fuera de aquí» como le hacían a la gente judía. Les ponían frases y veía a todos mis alumnos caminar por esas calles y no creo que sean tontos para no enterarse de lo que estaba pasando.

Independientemente de las cuestiones políticas al final la sociedad es la que reciente todos estos dramas. Y fue a raíz de eso que empezamos a satirizar un poco los slogans que se usaban aquí, que utilizaban tanto los chinos como la gente de Hong Kong y empezamos a armar una letra basándonos en lo que estaba pasando. Y así nació «אIV».

Al final de cuentas eso es lo bueno de tener una canción que tenga cierta profundidad, que cada quien le va a dar un sentido distinto y que cada quien la va a adaptar a su cabeza, le va a dar un significado y a lo mejor y no lo relacionan con algo político, a lo mejor sí, pero para nosotros sí fue una catarsis el decir esas cosas así.

Yo nunca soy muy explícita, y no porque no tenga claras mis convicciones, sino simplemente porque cuando alguien hace buen arte no necesariamente tienes que presentarlo así tan tajantemente. Creo que la parte política ha sido un aderezo de varias cosas que hemos hecho.

¿Considerarías que es importante politizar la música?

A.F.: Yo no estoy en desacuerdo con que la gente lo haga, cada artista lo va a tomar de manera diferente. A lo mejor para Residente es importante politizar, a lo mejor para mí no, yo creo que es una decisión muy personal de la postura de cada artista.

En mi forma de ver las cosas, siento que todos los seres humanos somos muy contradictorios. Yo ahorita puedo decir una cosa y a lo mejor en 20 años las cosas van a cambiar y voy a cambiar mi punto de vista y voy a evolucionar. Puedo ser una persona, no completamente diferente, pero sí voy a tener un punto de vista distinto; a lo mejor menos radical, a lo mejor más radical. Lo que sí pienso es que cada que yo hablo sobre un tema de estos, trato de no ser maniquea y no ser como la policía de la moral. A mí no me interesa decirle a la gente qué es lo que tiene que pensar. A mí me interesa decir «este es mi punto de vista, escucha diferentes puntos de vista y crea el tuyo propio». Y eso creo que es lo más interesante de todo esto.

Su último sencillo “Animals” está inspirado en una película de animación japonesa que maneja un conflicto entre los animales y los humanos. ¿Por qué eligieron esta temática?

A.F.: Por cómo estaba la estructura de la canción, por la música, elegimos un concepto que vaya acorde. Decidimos que esa temática estaría interesante a raíz de la película Pompoko y tomé la idea de meterme a la psique de un mapache y que estuviera explicando cuál era la crisis que estaba viviendo, qué es lo que le estaba pasando. Y es así que nace la letra de la canción.

Esa temática de la humanidad contra la naturaleza la maneja mucho Studio Ghibli ¿Es el anime parte de las influencias dentro de la banda?

A.F.: Sí es un tema muy recurrente de Ghibli, pero yo creo que es un poco más la parte cultural. Miguel no ve anime ni nada de eso. Yo sí porque mi hermana veía mucho anime, pero además porque también estudié en el Colegio de México en el Centro de Estudios de Asia y África, fue por esos tiempos donde ahí vi la película y me pareció un recorrido histórico interesante de la transición del Japón medieval al Japón moderno, en una guerra de los mapaches contra los humanos.

Justo esa película tiene muchas aristas por las cuales me fui. Tiene para empezar unas cosas que recupera de la cultura japonesa, del folclor traído de China, de los animales que tienen el poder de transformarse en humanos para conseguir ciertos favores. Tiene esta parte como nostálgica del pasado y el presente moderno. Justo lo que pasaba en la crisis del Japón feudal con el Japón moderno, la guerra, la crisis de la posguerra.

Hay muchas referencias hacia el budismo que se practica en Japón, que justo lo aprendí de uno de mis maestros muy querido que falleció. Entonces todo eso como que viene en conjunto con la película y me movió mucho.

¿Se sienten alejados de la escena mexicana actual?

M.B.: Ya no puedes estar fuera de lo que pasa en la escena gracias a la tecnología. Entonces se van viendo las cosas que se hacen en la escena under, emergente o independiente. El mainstream jamás lo podrás cambiar, lo ves y sigue siendo lo mismo.

Realmente no he encontrado alguna banda con una voz o queriendo hacer algo de ellos. Como que todo recae en mismos sonidos o mismas temáticas y no he encontrado a la escena mexicana interesante ya en bastante tiempo.

Antes podías escuchar cuando alguien venía de Colombia. Los argentinos eran argentinos por algo, porque hacen una pinche música extremadamente cabronsisima como Illya Kuryaki, pero ahora ya todo es tan homogéneo que todas las bandas se parecen.

No importa de dónde seas, todos suenan igual y es algo como que creo que ha perdido la esencia muy cabrón de este Siglo XXI en las bandas. Tienes que ser la copia de la copia de la copia de la copia y ya no es como de “wey, vamos a arriesgar y vamos a ver qué sale de esto”.

Creo que la última sorpresa fue Porter.

A.F.: Pero no solamente nos pasa en general con la escena mexicana. Siempre hemos estado buscando en diferentes partes, porque a veces es difícil encontrar esos tesoros escondidos en el mundo indie, justo porque hay un montón de información.

Yo creo que estamos en busca de sorpresas y sí estamos escuchando música constantemente de todos lados, sea buena o mala, nos guste o no nos guste.

Estamos por el mundo, no solamente con México. Hemos tenido la oportunidad de estar en Alemania, Japón y Taiwán y tener amigos de esas regiones que también vas viendo lo que ellos te van recomendando.

Hemos estado tratando también de conectar con lo que hay en México, de ver qué está pasando, porque sí ya fue hace mucho tiempo que dejamos el país, hace diez años.

M.B.: Nuestra formación en México fue de música clásica, jamás nos metimos en nada del pop, del rock o de ese nicho. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta y vas apreciando un chingo de bandas. Para mí, en cada entrevista, siempre digo que las gemas perdidas que la gente no escucha son San Pascualito Rey, La Barranca y realmente alguien a quien admiro muy cabrón es a Juan Son. Creo que son tres bandas que son infravaloradas, que deberían de tener más auge.

¿Qué hace a la música de Deer MX diferente?

A.F.: Una de las partes principales es la voz, por su estilo. Estaba buscando una manera de cantar o expresar ciertas ideas y le decía a Miguel que la concepción de las voces femeninas siempre es extremadamente femenina y dulce, y que yo conozco muy pocas cantantes que tienen este rango de «no tener que ser bello» como de Diamanda Galas o como en algún punto PJ Harvey o Nina Hagen, que tienen voces que no son femeninas, dulces, melodiosas o bellas. Creo que es una manera en la que nosotras las mismas mujeres vocalistas nos encerramos en una cajita y ya no podemos experimentar con muchas cosas.

Miguel me empuja mucho a explorar la parte de la interpretación en un sentido sonoro. Él no es mucho de revisar las letras, pero sí es mucho de ver cómo interpreto la canción, su perspectiva no es como de cuando nosotros los cantantes nos ensimismados mucho y nos vamos a la parte de que tiene que sonar afinado y tiene que sonar bonito.

A mí me encanta hacer ese delivery de entregar mi voz a algo más libre y no solamente limitarme a la parte técnica.

No quiero que se me encasille como «ah, porque es mujer, tiene que ser femenino necesariamente». Hay una canción que hicimos que se llama In The Shadows, que es justamente yo interpretando la voz de un hombre y mi voz se va a un rango más grave.

Una buena banda que yo recuerde, el vocalista siempre te tiene que entregar ese plus, esa cosa diferente que te hace decir “yo quiero escuchar a esta banda porque me gustó su voz”. Eso es algo que para mí es muy importante.

M.B.: Algo que a mí me gusta mucho es que tú escuchas las letras de compositores argentinos, como Spinetta, Cerati, Charly García y realmente es poesía. Creo que no hay nadie en Latinoamérica ahorita que pueda hacer eso. Y algo que me gusta mucho de Adriana es que escribe letras muy cabronas, no es la típica letra como de «ah, te amo, me dejaste». Es un mensaje muy claro, lo entiendes y lo digieres en putiza.

Una vez un mexicano que vive en Taiwán nos dijo “Weyes, yo no entiendo de música, no sé ni madre, pero ustedes son como el sushi. Yo lo escucho la primera vez y digo ¿qué putas es esto? Pero quiero probar más”. Dice que “hasta que llegas a la 5.ª, 6.ª vez de tragar sushi puedes decir que te late», «no es algo que entiendes a la primera».

No sé si es por nuestra formación clásica que tratamos de hacer cosas pensando más en una estructura como orquestal, tratando a la banda en un sentido muy personal.

No somos de esas personas que tenemos un chingo de músicos de sesión, todo es nuestro y yo creo que es muy básico que todo esto pase con las bandas independientes, jamás hemos tenido Adriana y yo una experiencia de grabar con los presupuestos que a lo mejor bandas como Soda Stereo o Café Tacuba, o bandas del momento han llegado a tener, que no me quiero imaginar qué cosa tan cabrona podríamos hacer con esa cantidad de dinero.

Las letras de Deer MX son en su mayoría en inglés ¿cuál es la razón de ello?

A.F.: Es chistoso porque estamos hablando español normalmente, pero nuestro trabajo, nuestro día a día, lo hacemos todo en inglés. En un punto sí llegamos a hacer canciones en español, pero es que para mí componer en español es mucho más complicado que componer en inglés por la fonética. La parte de la gramática del inglés es más simplista y la parte de las vocales es mucho más compleja, entonces tienes oportunidad de hacer diferentes aperturas de boca que en el español no.

Por eso es que ahorita la música se oye muy homogénea, porque muchos cantantes y vocalistas están intentando adaptar melodías al español que son bonitas en inglés porque suenan como a rock clásico y entonces pronuncian raras las vocales, como que la llegan a forzar.

¿Cómo es su forma de componer?

M.B.: Cuando tú ves a una banda que te dicen «nos juntábamos porque estábamos en depresión». En nuestro caso no. Nosotros somos más de generar beats y beats, y sobre eso empezar a generar. Ya después de todo eso Adriana se empieza a debrayar, empieza a buscar temáticas. Todo lo que hacemos siempre viene después, nunca viene nada como de «Oye Miguel, quiero hacer una canción que hable sobre la tristeza». Nace la música y después el concepto.

Porque tanto Portraits como There’s No Future se basan muchísimo en sintes, caja de ritmos y lo que llevamos hasta ahorita y el próximo sencillo, que va a ser la primera parte como de varios EP’s, casi el 80-90% fue orgánico. Baterista, guitarras, bajo y sí, un sintetizador, pero ya no forma la mayor parte del grupo, ya es como un instrumento más. Es la primera vez que creo que exploramos este sonido y lo que viene después de esto volveremos un poco otra vez a lo electrónico.

No nos da miedo de componer nada. Estamos ya en el punto de decir “hagamos lo que salga, pero eso tiene calidad para mostrarse».

Se les ha catalogado como “Trip Rock” ¿Cómo definirían su género musical?

M.B.: Así como hay una persona que es de género fluído nosotros somos “música fluida». ¿Por qué si ya no puede haber distinción o encasillamiento en el género humano, por qué tiene que haber en la música?

Si yo no tengo género creo que es lo más chingón que puedes ser, una persona fluida.

Y con el género llámenos como quieran, realmente ni yo mismo sé clasificarme.

¿Qué palabras podrían describir mejor a Deer MX?

A.F.: Deer MX es una banda honesta, pasional y real. Realmente creo que Deer sí es para gente que se puede mimetizar con cualquier cosa y no tenerle miedo a nada.

Escucha “Animals” de Deer MX: Spotify

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