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CONTEO

La importancia de The Strokes en 15 canciones

Esta vez no les hablaremos de los chismes de si se separan o que si vienen o que si debieron desintegrarse hace años… No, hoy no pondremos la estela de negatividad que se nos da a todos últimamente, bueno tal vez un poco sí, pero sólo porque elegiremos las mejores canciones de estos cinco, que para varios ya es una burla, para otros sus dioses y para nosotros: la banda que devolvió la fórmula bajo, guitarra, batería a la historia de la música luego de unos raros, divertidos y azotados años noventa.

¿Un cliché? Tal vez. ¿Otras bandas lo estaban haciendo? Probablemente, pero ¿adivinen quiénes sí estuvieron en el momento adecuado bajo los reflectores? Sí, The Strokes. Para la generación ‘Y’, esa que vivió gran parte de su adolescencia en el principio de los dosmiles hubo cuatro bandas que marcaron sus gustos ‘modernos’: The Strokes, Interpol, The Libertines y Arctic Monkeys.

Pero acá entre nos, The Strokes se llevó de calle a los otros, con estos neoyorquinos, The Ramones, The Velvet Underground, Converse y los skinny jeans regresaron de sus tumbas enterradas en décadas pasadas. Muchos se quitaron los estoperoles y desempolvaron las chamarras de cuero de los padres y tíos, se compraron la legendaria playera de The Ramones –que aunque no se supieran los nombres completos, la portaban con orgullo– y se dedicaron a escuchar las influencias que públicamente compartieron desde un principio Julian Casablancas, Albert Hammond Jr, Nikolai Fraiture, Nick Valensi y Fabrizio Moretti.

Así se descubría música antes, o en revistas o en pláticas de tíos, primos y hasta en el radio. Como punto para todos los haters modernos, sí, la banda ya no suenan tan bien, la voz de Julian Casablancas perdió totalmente el carisma aguardientoso-cool que se cargaba hace más de quince años, pero ¡vamos! Todos envejecemos, todos la regamos en algún momento y a ellos les tocó, conocieron lo grandioso del éxito, así como la terrible decadencia. Vivieron el rock & roll como se vivía antes y hoy son parte de la historia de la música y el Is This It siempre vivirá en nuestros corazones suspirando por aquellos tiempos, sin llegar a lo forever.

No nos interesa si sacan un mal disco nuevo, mientras podamos seguir respetando “Someday”. No importa si sus nuevos fans son unos teens que los conocieron por el comercial de una cerveza o le entraron con el Comedown Machine –que parece nadie se acuerda de este disco– nosotros siempre podremos decir que vivimos la época de Is This It, que los vimos en sus momentos de gloria y en nuestras repisas aún yacen sus cenizas en formas de CD/Vinil, que quienes tocan en festivales sólo son un ápice de lo que fueron.

Y para recordar esos buenos tiempos:

Todos lo queremos fácil y pues los finales nunca son finales, sólo es un cambio de ciclo.

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