Por Roy Rojas
“‘Lo Mejor’ de Pitchfork básicamente es basura”
Finalmente sucedió…
Las fantasías distópicas se hacen realidad, el hombre diseñó una máquina que no puede controlar y que poco a poco le distorsiona sus concepciones de lo que conocía como“realidad”. No, no es la Internet. Es algo que ni siquiera tiene nombre, pero que engloba a la red; a las formas de transferencia de archivos; a los formatos de video y audio; a la facilidad de generar productos comerciales; de generar “vínculos sociales”; de introducirte en los datos ajenos, de hacker cuentas, de manejar dinero, de acabar con un entorno simplemente presionando el botón, de tirar un sistema financiero, de informar o desinformar a la sociedad o de generar cantidades inimaginables de música hasta provocar un desequilibrio en el entorno artístico. Mucha oferta, poca demanda, demasiado espacios, de los cuales pocos son serios, pocos ingresos y lo peor, la calidad en tela de juicio.
Shlohmo, el productor angelino de música electrónica oscura/futurista/“hip-hopera”, en entrevista con FILTER México lanza mordaces críticas a la que el denomina “Generación Soundcloud”, la avalancha social voraz y poco crítica formada por un cuarteto de parásitos que en algunos casos destruyen a la música y en otros la llevan a terrenos interesantes: Inversionistas, bandas, medios y fans. Previamente ya hemos tocado ese tema en algunas de nuestras reseñas, por cierto, hemos comentado sobre esta generación en busca de velocidad y cantidad, y no de apreciación y calidad.
“Más a menudo veo a la gente confundir a la música como una forma de arte con lo que es la industria de la música. Mucha gente cree que su música sólo se vuelve legítima cuando la lanzan a través de un sello discográfico, o cuando empiezan a hacer dinero o cuando consiguen un contrato, cosas así.
Todas estas personas también tienen ideales muy contradictorios al respecto, porque por un lado, su música favorita es de aquellos a los que nadie hace caso, y que nunca sobresaldrán por lo mismo, y al mismo tiempo lo único que tienen en mente es: «Tengo que vender». Como si nosotros como generación tuviéramos que vender a fuerza para darle empuje a la música. No tiene sentido, pero son tiempos difíciles, por ejemplo, si estás en Instagram o Twitter es inevitable que a diario, todo el tiempo, veas a gente exitosa, los sigas, y veas que son los más ricos. Y también está toda esa basura motivacional de «Tú puedes hacerlo», «Sal de la cama», «Haz ruido», «Haz más ruido». Esas porquerías… Eres un músico, lo que tienes que hacer es crear música. No queremos oír acerca de tu patrocinio de refrescos…
Será interesante ver cómo todo esto cambia y se acaba, pero ahora mismo estamos jodidos”, nos dice Shlohmo, vestido de negro y con unos lentes oscuros que le hacen ver su cabeza en desproporción. Son enormes.
Muy jodidos. El argumento sobre la calidad de la música no es nada nuevo, pero lo cierto es que ahora es cuando vivimos la paradoja artística. Antes no había revistas digitales, pero estaban las impresas y muy probablemente sucedía lo mismo. No existes si no apareces.
Shlohmo: Totalmente, van a escuchar sobre lo que los medios hablan. Y luego las cosas que suben son una porquería. No es para decepcionar ni nada, pero “lo mejor” de Pitchfork básicamente es basura. A veces los escucho y digo: «No puede ser«. Parece que todo es política en estos tiempos, la industria es una decepción por sus políticas, pues hay mucha gente que no hace música y que tiene trabajo ahí dentro. Y son trabajos muy fáciles, en donde sólo tienes que sentarte frente a una computadora todo el día y escuchar música.
Es jodidamente simple. ¿Sabes a lo que me refiero? Y es gracioso cómo eso ha moldeado por completo la manera en que las personas hacen música. Porque piensan en Pitchfork todo el tiempo, hacen música con Pitchfork dentro de sus mentes. «¿A dónde irá mi música, quién va a escucharla, cuánto dinero haré?» En lugar de pensar en escribir la canción.
Shlohmo vino a tocar un Dj set a México dentro de la celebración Axe DFX, una pausa dentro del tour que está haciendo de su trabajo más ambicioso trabajo hasta la fecha, Dark Red. Si alguien presenció su set sabe que no tiene nada que ver con lo que segrega el álbum. Mientras el sábado puso hip hop, trap y house; los temas de ese Rojo Oscuro son introspectivos, implosivos y sumamente oscuros. Henry Laufer, nombre verdadero del productor electrónico, habla sobre sus sonidos.
“Es rígido, agresivo, pesado y te conduce a la ansiedad. Siento que antes, el contexto de la música electrónica del momento era muy abrasadora. Como la música bass, y creo que yo lo que quería lograr era algo sumamente tranquilo, justo lo opuesto. Entonces esa fue como una muestra muy interna de lo que estaba sucediendo fuera de mi casa. Y ahora, sentí algo completamente opuesto, sentí que la única manera de poder decir algo significativo era «golpeando a alguien en sus malditos dientes». Creí que no diría exactamente lo que yo quería decir si no era lo suficientemente ruidoso, o lo más abrumador posible.
EL COLOR DE LA SANGRE
F: Un día estaba caminando por la calle, puse en aleatorio la música de mi celular y de repente ocurrió algo increíble, escuche un tema que me asombró, me dije «¿Qué demonios es esto?» Se trataba de “Buried”… Sentí que ya estabas en un punto diferente en tu carrera, en tu trayectoria, ¿cómo llegaste a esta temática tan oscura para este disco? Por ejemplo, los títulos de las canciones como «Buried» «10 Days of Falling» o «Fading». ¿Pasaba algo triste en tu vida o…?
S: Ya sabes como es la vida. Es un constante sube y baja, como una montaña rusa, entre estar de lo peor y estar feliz. Y definitivamente los últimos dos años de mi vida estuve lidiando con problemas familiares, de salud. Hubo muchas visitas a hospitales, muchos funerales, extrañas relaciones… Cosas muy raras. Básicamente la típica basura de la vida que apesta, no es como algo específico, fueron sólo las clásicas cosas malas que ocurren en la vida. Y estuve todo el tiempo tratando de hacer malabares entre estar feliz con el éxito de mi música y pensaba «debería de estar feliz, pero en realidad estoy muy deprimido por estas porquerías». Así que creo que en realidad sí representa lo que estaba pasando en mi vida.
S: Creo que es, definitivamente, en el que he trabajado mucho más y más fuerte.
F: ¿Sufriste cuando lo estabas creando, cuando lo grabaste?
S: No, de hecho no. Lo gracioso es que la grabación simplemente fluyó. Muchas veces terminaba teniendo una canción a la mitad, no podía conseguir la estructura completa de la canción, entonces la dejaba así por meses, y de la nada un día tenía una idea genial y simplemente regresaba a ella para terminarla.
La creación de la música no es la parte difícil… Sino más bien la parte que viene después, el averiguar cómo es que va a resultar todo al final, entender lo que hiciste y lograr contextualizarlo para saber qué hacer con todo ello… Es extraño, y de cierta manera da miedo. Pero sí, el hacer la música es bastante inconsciente, es más como estar en un estado meditativo, en donde simplemente resultan cosas. Y es después de eso cuando tengo que pensar en ello.
F: ¿Por qué lo llamaste Dark Red?
S: Sólo intenté pensar en lo más ambiguo, pero también en algo que no fuera nada figurativo. Que tuviera una sensación visual pesada. Dark Red no significa nada, es decir, es solamente un color, es una tonalidad de un color, pero también es el color de una rosa si estuviera a color, es el color de la sangre, y para mí es como un alma obscura.
F: ¿Cómo es que decidiste conformar una banda y no ser solamente tú en el escenario?
S: Siempre quise intentar algo así, porque crecí tocando en bandas de punk y esas cosas, entonces cuando empecé con la música electrónica y con tocar en vivo, simplemente sentí que algo faltaba. Incluso cuando era sólo yo, no se sentía real. Podría haber sido un DJ y nadie hubiera notado la diferencia porque es la misma cosa para el público. No tienes esa interacción, no sientes la música en vivo o la sensación de que estás tocando junto con el público. Creo que este disco surgió en el momento perfecto, me dije: «Esto no puede ser tocado de cualquier forma» No era como que tendría que salir al escenario y lucir como… muerto. Sentí como que el disco era merecedor de una banda, ¿me entiendes?
Y también esta es la primera vez tengo la capacidad financiera para traer a otras personas conmigo a un tour. Es una locura, no sé como la maldita música «Dance» hace dinero, es en serio, no lo sé, porque no somos… No somos… No sé, es una locura.
LA MEZCLA DE IDEAS
F: No sólo compones y produces tu múisca, lo has hecho para otros artistas, como en “Brain” de Banks. Se siente tu estilo ahí. Creo que es la mejor canción del álbum.
S: Esa surgió en un día, sólo estuvimos en el estudio un día, y ahí hice el compás, mientras que ella la cantó toda ahí, en como 6 horas. Fue una locura.
F: Simplemente hubo una conexión.
S: Sí, estaba feliz, fue perfecta.
F: Y también has colaborado en vivo, por ejemplo con Bones, ¿cómo estuvo eso?
S: Fue genial. Estuve hablando con los chicos por un tiempo. Ellos son como los clásicos chicos con un pasado oscuro. Tampoco les gusta salir, o molestar a nadie. Entonces, en ese show que hicimos, fue la primera vez que nos conocimos en persona. Porque literalmente, vivimos en la misma ciudad pero nunca nos habíamos visto. Pero sí, es genial, en verdad estoy asombrado de lo que estos chicos están haciendo.
F: Sí es increíble. Pero por ejemplo, nadie conoce a Bones, no es famoso…
S: Pero por ejemplo, en Los Ángeles pueden llenar The House of Blues por dos noches seguidas. Y de puros jovencitos. Como con 2000 niños. ¿Sabes? Nadie más puede hacer eso. Y es como que, ellos sólo hicieron un tour en Estados Unidos, y llenaron cada uno de sus shows. Entonces creo que su tiempo apenas viene, que la gente sólo necesita acostumbrarse a ello.
La generación soundcloud… lo más curioso de este tema es que ha trascendido recientemente que probablemente soundcloud dejará de existir. El monstruo es imparable. Se autodestruye. Se sabotea. Qué demonios surgirá, no lo sabemos aún. ¿Realmente sucederá lo que vaticina Henry? Que algún día dejemos de estar pendientes de la tecnología y los mundos virtuales… no lo creo.