Desde su concepción en 1981, Dead Can Dance ha tenido que lidiar con la etiqueta de sí son o no son uno de los proyectos más representativos del ámbito goth de los 80, ya que ‘goth’ no es una descripción con la que se sientan meramente cómodos debido a que su sonido va más allá de eso. Ya saben, los ambientes etéreos y los sonidos ritualisticos que comenzaron a implementar en los discos posteriores a su debut homónimo, son tan solo algunos de los aspectos que terminaron consolidando a Lisa Gerrard y Brendan Perry como uno de los dúos más elegantes e imponentes de los últimos 35 años.
A lo largo de su historia la banda ha pasado por varias mutaciones provocadas por los tiempos y espacios en los que se han visto situados, lo cual terminó teniendo un impacto directo en la estética con la que fueron haciéndose de una mayor personalidad en la transición del Spleen And Ideal y su Within the Realm of a Dying Sun. En este episodio de su carrera, Dead Can Dance fortaleció su espíritu para convertirse en un monumento que bien pudo haber sido esculpido en aquella era A.C.
Hoy en día el nombre de la banda es de culto y no es para menos, ya que Lisa y Brendan tienen unos dotes artísticos simplemente impresionantes con los que en cada una de sus encarnaciones han sido acompañados por músicos de calidad que naturalmente le dan una mayor solidez a sus composiciones, tal y como lo pudimos apreciar en su magistral Anastasis de 2013.
Aprovechando que 4AD acaba de reeditar sus primeros discos en vinilo, nos dimos a la tarea de seleccionar sus 15 mejores canciones para que contemplen a la perfección su belleza. Además, para todos aquellos que nunca se han clavado tanto con ellos o que se quedaron con el estigma de su faceta etérea (o de ‘world music’), con esta selección de canciones tendrán una imagen más clara de lo que representa el nombre de Dead Can Dance.
Algo que hizo que Dead Can Dance tuviera una belleza incomparable, fue los elementos que utilizaron para crear una atmósfera envolvente e inspiradora. Una que fuera capaz de incitarnos a crear nuestros propios universos con tan solo cerrar los ojos y escuchar a Lisa Gerrard. Como prueba de ello está este corte de The Serpent’s Egg.
La historia con Aion es muy especial, ya que es un disco que fue concebido después de que Lisa y Brendan terminaran la relación sentimental que tenían, la cual en lugar de acabar con lo que estaban construyendo en Dead Can Dance, hizo que nos entregaran algunas de las canciones más fuertes de su carrera justo cuando iba comenzando la década de los 90. Para muestra, «Black Sun».
Within the Realm of a Dying Sun es considerado por muchos como el mejor disco de Dead Can Dance, ya que en él queda al desnudo la grandeza de las cuerdas vocales de ambos dentro de bases instrumentales que no pueden ser catalogadas de un modo que no sea como elegante. «Cantara» arranca como una sección ambiental que poco a poco se va apoderando de nuestro entorno para entonces sumergirnos en un glorioso estruendo medieval.
Luego de 16 años sin sacar un disco de estudio, Dead Can Dance regresó en 2012 con Anastasis y con él vinieron a reclamar las tierras del imperio que les pertenece. Es por eso que «Return of the She-King» es uno de los momentos más hermosos de esta producción, ya que además la madurez de Lisa hace que cada parte de nuestro ser se enchine por completo.
La fe, el universo y la exploración de los sentimientos que se esconden en el alma de cada ser humano, son algunos de los temas que abordaron de forma brillante en su tercer álbum de estudio. Las vibraciones sonoras y los ecos de «Xavier» son un clásico que cada que es reproducido se asemeja a un ejercicio de purificación que todo el mundo debe de experimentar al menos una vez en su vida.
En nuestro post de sesiones John Peel les dejamos una de las que grabó Dead Can Dance, en la cual justamente interpretaron este track que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un clásico indudable. La canción es hermosa y exhibe su primera faceta en su forma más romántica.
Aunque no es una banda que guste de hacer vídeos, las imágenes que aparecen en «The Carnival Is Over» son las más adecuadas para representar el tribalismo y el estilo clásico que desde siempre acompañó el arte de sus discos. Digamos que de alguna manera ese arte se manifestaba con una palpable naturaleza que inevitablemente es capaz de arrancarnos un suspiro a la media noche.
Otro ejemplo de su hermosa estética visual la pueden encontrar en este ensamble que realizó un fan para su estelar «Indoctrination (A Design For Living)». Cada una de las notas de la canción porta con una sutil elegancia que cautiva de forma inmediata.
Esta fue una de las primeras canciones en donde pudimos contemplar las impresionantes cuerdas vocales de Lisa Gerrard. Con un juego de percusiones y un sombrío respaldo vocal por parte de Brendan Perry, la canción es uno de los más grandes highlights de su debut.
Perteneciente a uno de sus clásicos en vivo, «Don’t Fade Away» es uno de los temas más emblemáticos de su carrera. Y no es ninguna sorpresa, solo basta con escuchar ‘Come walk with me I’ll fill your heart with joy‘ para sentir su genuina pasión.
Después del estruendo con el que arranca su disco homónimo, las cosas comienzan a tomar una mayor fuerza con la sección rítmica de las guitarras en «The Trial». Es uno de los cortes que se asemejan un poquito más a la estética del post-punk que se fue desarrollando en el corazón de 4AD luego de lo que hizo Joy Division a finales de los 80, cosa que naturalmente terminaron cambiando por completo en sus siguientes lanzamientos.
Esta fue la canción con la que Dead Can Dance volvieron a hacerse sentir en nuestro corazón en 2012. El piano, la ambientación y los acordes por los que viaja la voz de Brendan Perry son un verdadero poema. Esta es una de esas canciones que hablan por sí solas, no necesitan que alguien les diga lo perfecta que es… solo escúchenla.
No hay palabras para hacerle toda la justicia del mundo a «Mesmerism». Es la canción con la que Lisa Gerrard vino a establecer un estilo que solamente puede ser reproducido una y otra vez por ellos. El misterio, la cautivante oscuridad y los ejercicios vocales que realiza a lo largo de la canción son el más claro reflejo de lo brillante que es el mundo de Dead Can Dance.
‘Maybe it’s me who dreams unrequited love‘ – mientras Brendan lo soñaba, muchas personas lo viven a diario. El deseo y los mitos que pueden generarse alrededor de él, son un pilar fundamental dentro de este fascinante extracto de Within The Realm Of a Dying Sun. Los arreglos van haciendo cada vez más grande el volumen de la canción con su sencillez y eso, queridos lectores, es algo que muchas bandas en la actualidad deciden ignorar por la idea que tienen de componer una obra maestra con elementos de más. Pero claro, aquí estamos hablando de puros especialistas en la materia.
Tal vez nos fuimos a la raíz y a la razón de ser de Dead Can Dance, ya que esta maravilla forma parte de su primer EP titulado Garden of the Arcane Delights, el cual eventualmente fue incluido en la reedición de su debut homónimo. Pero… en cuanto a su forma y su estructura, les podemos decir que es una de las piezas más sentimentales que se concibieron en la década de los 80 que, si bien no tuvo una proyección tan abismal, si es una composición legendaria que nació para formar parte importante en la historia de un género que constantemente se va nutriendo de amor, de emociones y de pensamientos honestos.
Esto es y siempre será Dead Can Dance.