En 2015 nos enteramos de la lamentable muerte de Barron Machat, fundador de uno de los sellos discográficos más arriesgados e independientes de Los Ángeles llamado Hippos In Tanks. A manera de tributo, decidimos profundizar en el sólido catálogo que fue construyendo a inicios de esta década con varios de los proyectos que en la actualidad han estado brillando por su propia cuenta gracias al impacto que tuvieron los lanzamientos que publicaron con el sello, mismos que hicieron que casas como 4AD, Tri Angle Records y Mexican Summer se encargaran de firmarlos para darles un impulso mayor.
Desde Grimes, Laurel Halo, d’Eon y Arca, hasta los artistas que suelen alimentarse de todo lo que esté a su alcance como James Ferraro y su álter ego Bodyguard, son tan sólo algunos de los nombres que han estado desfilando por el catálogo de Hippos In Tanks, el cual desde un inicio se fue construyendo del lado experimental de la música electrónica, el pop y los tonos ambientales que dan como resultado sonidos etéreos y atmósferas que de un momento a otro los tendrán moviendo sus extremidades en la pista de baile.
Machat fue el principal responsable de que esto fuera posible, aún cuando muchos de los proyectos que llegaban a Hippos In Tanks se iban de ahí en un abrir y cerrar de ojos por los roces que tenían con él. Pero independientemente de sus problemas personales, el trabajo que realizaron juntos en esta mitad de década es esencial y muy importante para entender lo que está ocurriendo con la música en nuestros días. Sin más, aquí les dejamos los materiales esenciales de Hippos In Tanks:
Games era todo un caso, resultaba innovador lo que estaban haciendo y hasta cierto punto, lo sigue siendo. Les decimos ‘resultaba’, ya que cada una de las partes que le daba vida a este proyecto ya tienen bien posicionado su nombre dentro del circuito de la música experimental.
Uno de ellos es Daniel Lopatin, mejor conocido como Oneohtrix Point Never, y el otro es su camarada Joel Ford. That We Can Play es básico dentro de estos terrenos, así que les recomendamos que lo escuchen en toda su gloria.
P.D: Games no murió en realidad, sólo se transformó en Ford & Lopatin.