Por Ernesto Olvera / @Ernestime
The Shape Of Punk To Come es uno de los álbumes de punk más influyentes de los últimos 20 años y el hecho de que nunca hubiera tenido una gira como tal por su repentina separación, hacía que la reunión de Refused fuera una de las más esperadas y deseadas desde la década pasada. Coachella fue el lugar donde decidieron juntarse para presentar su obra maestra ante una notable cantidad de personas que se encontraban hambrientas del la fuerza con la que fueron construyendo himnos que le patean el trasero a una sociedad completa.
Su reunión no decepcionó, pero la idea de tener un nuevo álbum por parte de ellos no resultaba tan emocionante como la de volver a verlos sobre un escenario. Pero aquí está Freedom, un álbum que llega 18 años después de The Shape Of Punk To Come, en el cual conforme van avanzando los minutos se van haciendo más y más evidentes los cambios que existen en su sonido, comenzando en la estructura general de las canciones. ¿Por qué? Pues primero que nada, ninguno de ellos sigue siendo el mismo jovencito de los noventa, en esta ocasión su sonido llega con pequeñas alteraciones que se separan un poco de la agresividad de sus álbumes clásicos para dejar expuesta la madurez que fueron adquiriendo en los últimos años.
Son procesos, es parte del crecimiento de todo ser humano y por esa razón no se podía pensar o desear que la banda estaría entregando un simple copy paste de The Shape Of Punk To Come para venir a complacer a todo el mundo. No, en lugar de eso, Freedom es un álbum que marca un nuevo capitulo en la vida de la banda. Uno sumamente incierto, intrigante y lleno de dudas sobre lo que realmente estará ocurriendo con Refused en el futuro. Hay momentos en los que esta producción pareciera un tanto innecesaria, con todo y que Dennis Lyxzén se encargó de demostrar que aún tiene muchas cosas que sacarse de su corazón, pero son cosas que bien pudo compartir con el mundo por medio de los proyectos en los que se fue involucrando tras la separación de Refused como AC4.
Las canciones de Freedom no son nada estables, pero tienen instantes en donde su poderío vuelve a la vida para demoler con un solo riff todo lo que está a su paso como «Dawkins Christ», canción que por momentos evoca el espíritu con el que se iba desarrollando «New Noise» por medio de una batería que poco a poco va creciendo hasta sumergirnos en una explosión de poder al más clásico estilo de Refused. De algún modo esta canción devela un escenario en el cual un nuevo álbum de la banda se siente sumamente refrescante e importante, pero desafortunadamente después de eso no hay algo realmente interesante en Freedom.
La voz de Dennis suena impecable, de eso no existe ni la menor duda, pero la manera en la que están construidas las canciones hace que algunos riffs se tornen bastante genéricos como «Destroy The Man» y «Thought Is Blood». Por otro lado, hay un poco de experimentación y riesgos que en el pasado no habían sido tomados, al menos no en la parte instrumental de las canciones, ya que en «War On The Places» existen arreglos dominados por trompetas que, bajita la mano, dejan en evidencia la capacidad que tienen para crear canciones que también los pueden hacer bailar con secciones rítmicas bastante accesibles como la de «Françafrique» y «366», cosa que llega a tener todo el sentido del mundo si nos ponemos a ver que durante el proceso de grabación contaron con aportaciones especiales de miembros de …And You Will Know Us By The Trail of Dead.
No podemos decir que Freedom es terrible, pero no se siente como un regreso triunfal. Incluso se percibe como un álbum que fue hecho única y exclusivamente para sacarse la espinita que tenían atorada desde que se reunieron y cerrar un ciclo que durante más de dos años estuvo flotando en el aire sin dirigirse a una dirección en particular. Esta es una nueva era para Refused y lo importante no es sí este álbum logra estar a la altura de sus clásicos, más bien lo interesante de todo esto será ver cómo se va desenvolviendo la banda en un entorno que hasta cierto punto se ha modernizado por la enorme cantidad de opciones que tenemos en la actualidad para escuchar música nueva.
Al final, no pasa nada… Total, todos en algún momento tienen un desliz, lo que sí es una realidad es que: ¡REFUSED ARE NOT FUCKIN’ DEAD!