Por Artemisa Hernández
Fotos Fresale
La cita fue a las 9 en punto, los asistentes, algunos de traje, muy emocionados, con cerveza y celular en mano esperaban pacientes que Tim Booth y compañía salieran al escenario. Los primeros acordes de «Out To Get You» se escucharon y un mar de gritos se hizo presente, la nostalgia inundaba El Plaza con el regreso de James a la CDMX.
Alguna vez Booth declaró que le gustaba escribir canciones y su diario a las 6AM, justo al despertar porque a esa hora, tu mente te permite ver las cosas más claras. Mientras James continuaba con su presentación, la imagen de su vocalista inspirándose viendo el amanecer y escribiendo palabras tan hermosas que veinte años seguiríamos cantando, sólo te hacía enamorarte más del momento y preguntarte ¿por qué no hay una apreciación popular por James? Tal vez es mejor verlos en recinto pequeños y disfrutarlos al máximo.
“Ring the Bells” fue un guiño al corazón para amortiguar el golpe de “Say Something” y nos quedáramos sin voz para no opacar el acústico de “She’s a Star” y el emocionante momento de “Just Like Fred Astaire”.
La paz y energía con la que Tim Booth se presentaba ante nosotros sólo te hacía querer escuchar más y más de James, que quitando algunas de las nuevas canciones, terminó siendo un bello karaoke con los hits que nos conquistaron. Supimos que el momento de decir adiós, por unos breves minutos, llegó con “Come Home”. Afortunadamente somos unos ruidosos y los gritos y aplausos lograron regresar a James al escenario un par de veces, la primera nos regalaron “Sometimes”, “Nothing But Love” y “Waltzing Along”.
Nadie podía creer que estaba por terminar el concierto, así que aunque los roadies iban a recoger los instrumentos, James volvió a salir, creímos que volverían por tres canciones más, porque vaya que nos quedaron a deber bastantes, tristemente sólo tocaron “Sit Down” y se despidieron del público mexicano.
¡Queremos más James!