Fotos Fresale
Si bien Everything Now está lejos de ser el mejor trabajo de Arcade Fire, la banda maneja un carisma muy particular donde su sentido del humor viene a reforzar las excelentes habilidades musicales que tiene cada uno de sus integrantes.
La banda ignoró por completo las críticas y parece que en lugar de bajarles la moral, decidieron fortalecer su capacidad para trollear a la gente y a ellos mismos. Es una banda que desde que lanzó Funeral no se ha achicado ante la vida y por ende es muy fácil sentir una fuerte empatía cuando los ves parados sobre un escenario haciendo lo que más les gusta; tocar para la gente.
Y aunque no pudimos ser testigos del show en 360° que estuvieron presentando en su paso por Estados Unidos, la realidad es que ese formato pasó a segundo término cuando la banda decidió hacer algo que muy pocos se atreven a hacer en un lugar como el Auditorio Nacional: adueñarse de cada espacio de él.
Arcade Fire convirtió el recinto en su hogar, en un espacio donde podían moverse con toda libertad e interactuar tanto con las personas que estaban en la sección general, como aquellas que se aplaudían y coreaban «Everything Now» desde los balcones.
Los conciertos de la banda siempre están repletos de momentos de suma importancia y que de cierta manera nos hacen sentir especiales; en confianza; como si estuviéramos en una convivencia con nuestros seres queridos. Es ahí donde la magia natural de Arcade Fire se vuelve a imponer pese a no haber hecho un disco de 10; es un ensamble que disfruta cada momento de su existencia y eso lo transmiten a la perfección cuando tocan canciones como «Here Comes The Night Time», «Haíti», «No Cars Go» y «Chemistry».
Las canciones del Neon Bible se encargaron de mover nuestras emociones desde los primeros acordes, mismas que se potencializaron cuando en «Ocean of Noise» decidieron incorporar un arreglo de mariachi que le inyectó un segmento muchísimo más pasional con el que era imposible no conmoverse.
Su primera noche en el Auditorio Nacional fue estrictamente especial y es un teaser bastante emocionante para todos aquellos que asistirán a la segunda fecha, en donde canciones como «Neighborhood #1 (Tunnels)», «Sprawl II ( Mountains Beyond Mountains)», «The Suburbs» y «Afterlife» sonarán más fuerte que ayer.
Además es importante mencionar que tocaron «It’s Never Over (Oh Orpheus)» por primera vez después de su tour en 2014.
Obviamente hubo momentos un poco inexplicables como la aparición de Chumel Torres (si, en serio…), pero también aparecieron rostros en las pantallas que de ley provocaron una poderosa emoción en el cuerpo como la imagen de David Bowie mientras tocaban «Reflektor».
El nivel de ejecución solo demostró que la banda no se debe de tomar a la ligera; que más allá de haber tocado en arenas medianamente llenas en Estados Unidos, siempre dejan el alma sobre el escenario para brindarnos experiencias que sin lugar a dudas será una de las mejores del año.
¿Piensan que exageramos? Seguramente no, y menos si estuvieron en el Auditorio Nacional y corearon a más no poder «Wake Up», en donde una vez más volvieron a llamar a los mariachis para darnos un final simplemente espectacular.
Luego de dejarnos completamente maravillados en el Vive Latino, Arcade Fire regresó a nuestro país para recuperar lo que les pertenece: nuestro corazón.