(Fotos MUTEK MX + JP)
La red global de MUTEK vive en constante movimiento para siempre mantenerse a la vanguardia de lo que sucede tanto en el ámbito de la experimentación sonora como en las distintas disciplinas que giran alrededor del arte escénico y visual.
En el caso especifico de MUTEK México, el festival tiene un espíritu combativo bastante fuerte donde año con año deja al descubierto el enorme corazón y la pasión que hay detrás de su curaduria, organización y experiencias, sobretodo en años recientes donde a nivel local hemos pasado por situaciones críticas como el sismo del 19 de septiembre de 2017.
En esta ocasión no solo nos toca vivir una situación interna, sino mundial, pues a causa de la pandemia las actividades de su 17° edición se vieron afectadas de manera drástica y por ende tuvieron que adaptarse a las prácticas digitales para mantener viva la tradición anual que, considerando que MUTEK se caracteriza por presentarnos montajes A/V de alta calidad, no es ninguna sorpresa que su plataforma virtual haya tenido un porte impecable.
Esta iniciativa se desprende de la dinámica que implementó hace unos meses MUTEK Montreal, donde básicamente nos absorbieron en un mundo digital donde podíamos recorrer salas con proyectos diferentes, puestas en escena, galerías y sonidos que se encargaron de manipular nuestras emociones como si estuviéramos en los clásicos Nortune.
Si bien no pudimos disfrutar de MUTEK México en su forma presencial, su 17° edición quedará archivada de un modo muy especial, pues además de manifestarse en un estado híbrido, tuvo una colaboración especial con Japón, lo que de entrada nos habla de la sólida camaradería que existe en la red global del festival, haciendo que se desarrollara una conversación artística entre actos locales.

La jornada de 5 días nos acercó a colaboraciones inspiradoradas desde el inicio, comenzando por Mabe Fratti con Milena Pafundi, AMNL PRNT con Valeria Vicente y un fascinante ejercicio completamente inversivo por parte de CNDSD e Iván Abreu, donde se ponía aprueba la estimulación provocada por la realidad aumentada y el uso de código para provocar una fuerte satisfacción interna.
Por otro lado, los montajes escénicos que solemos encontrar en los A/Vision no estuvieron ausentes de la plataforma, pues nos encontramos con el maravilloso ALTER the android KAGURA, una experiencia que ponía a prueba nuestras emociones al mostrar la fragilidad espiritual que vincula de manera directa a los humanos con los robots, mientras que Bienoise y Allarme Rosso presentaron una impresionante instalación visual donde cubrieron de rojo el Teatro Carigano de Turín.
Las galerías también tenían joyas ocultas como las estáticas manipuladas por Florence To, quien en años recientes ha formado parte del show audiovisual de Drew McDowall (Coil / Psychic TV), y que en esta ocasión nos presentó a distancia una de sus más recientes creaciones.
Dentro de ese mismo formato, Pepe Mogt aprovechó su pasó por MUTEK México para debutar un cortometraje bastante elegante, emocionante y donde el sonido se entrelaza con las brillantes panorámicas que fueron capturadas en el desierto de Baja California. Maija Awi, Concierto Campo Alaska es el nombre de este cortometraje donde incluso se podían apreciar monolitos iluminados que no necesitaron de una campaña mundial para darnos un mensaje directo por medio de las vibraciones sonoras de Maija Awi.

Esta colaboración México – Japón fue una grandiosa oportunidad para escuchar y descubrir actos que por lo regular no suelen tener un impacto tan grande en nuestro país, pues además de los ya reconocidos y especialistas visuales, Daito Manabe y Jim O’Rourke, también conocimos proyectos como Open Reel Ensemble, Kyoka, Shohei Fujimoto, Tarta Relena (por parte de España) y un impresionante performance de Francesco Tristano, quien con el uso de tres teclados se encargó de recetarnos un intenso set que incorporaba sonidos techno, IDM y solos repletos de virtuosismo, todo eso mientras en otra de las salas había una mancuerna entre Wasted Fates y Future Forward.
Digamos que aún en esta modalidad, las opciones que había dentro del mundo MUTEK México eran bastante completas y todo el tiempo estaba sucediendo algo pensado para provocar un estado de encanto en todo aquel que se encontraba del otro lado de la pantalla.
Aunque este año no pudimos encontrarnos en el mismo espacio para compartir la experiencia colectiva del festival, las múltiples disciplinas que vimos en su formato híbrido nos inyectaron una dosis de esperanza (por más trillado que suene) y elevó la emoción y expectación por volvernos a reunir en su 18° edición.
Plus: Un enorme reconocimiento por la estabilidad y movilidad de su plataforma virtual, pues incluso había una sala especial donde circulaban audios que fueron capturados en sus ediciones pasadas con Kelly Moran, Avalon Emerson y Nathan Fake.
