Fotos: Liliana Estrada
Por Felipe Corrales
Cuando Roger Waters agradeció a su público haber esperado dos años para este concierto supimos que este show sería algo especial. No hay plazo que no se cumpla y fecha que no llegue, tras una larga espera por fin pudimos observar la gira This Is Not A Drill.
Con un escenario 360º que comenzó con una cruz enorme que dividía el stage en cuatro partes, el concierto dio inicio con «Comfortably Numb» para después dar paso a un combo de canciones del famoso The Wall: “The Happiest Days of Our Lives” y “Another Brick in the Wall”, Part 2 y Part 3.
Roger Waters siempre se ha caracterizado por mostrar libremente su opinión política, algo con lo que muchos no están de acuerdo. Esta vez no fue la excepción y el bajista británico pronunció en discurso y a través de sus visuales su descontento hacía los asesinatos arbitrarios e impunes; tal es el caso de George Floyd, así como su enojo al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Los visuales dentro de los shows de Waters son gran parte del espectáculo, pues dentro de ellos exploramos un lado más sensorial o hasta nostálgico del setlist programado para esta gira. Fue así que escuchamos “The Powers that Be”, “Have a Cigar», “Sheep”, “Shine On You Crazy Diamond” y “Wish You Were Here”, esta última con emotivo recuerdo y dedicatoria a Syd Barrett.

El concierto se partió en dos: para el regreso pudimos escuchar temas como “In The Flesh”, “Run Like Hell”, “Is This the Life We Really Want?”, “Us And Them” y “Money”. Roger Waters también se tomó el tiempo de hablar pocas palabras en español para dar gracias a todos aquellos que esperaron toda una pandemia por ver este show.
Pasan y pasan los años, y el proyecto de Waters por explotar a Pink Floyd sigue vendiendo entradas; no es queja. La forma tan bien ejecutada de este show siempre deja grandes recuerdos. Desde la oveja y el cerdo volando por todo el palacio así como la formación del Dark Side of the Moon a través de lasers sobre el escenario.
Para el resto de la noche sonaron “Any Colour You Like”, “Brian Damage”, “Two Suns in the Sunset”, “Eclipse” y Outside the Wall”. En su regreso a la CDMX, Roger Waters recordó una vez más el legado de Pink Floyd y extendió sus posturas ante los problemas políticos del mundo.