Foto: Óscar Villanueva
Por: Felipe Corrales
Clan of Xymox regresó a la Ciudad de México para ofrecer mucho más que un simple concierto: entregó una experiencia profundamente emocional, un reencuentro con lo sombrío, lo elegante y lo eterno del darkwave.
Bajo luces frías y ante un público vestido de negro, la banda liderada por Ronny Moorings reafirmó su estatus como ícono indiscutible del género. Temas como “Love Got Lost” y “There ‘s No Tomorrow” abrieron el setlist, dejando claro que el grupo neerlandés sigue vigente y conectado con su legado.
Canciones como “X-Odus”, “Blood of Christ” y “Emily”, junto a clásicos infaltables como “Jasmine & Rose” y “She”, arrancaron aplausos y demostraron el cariño incondicional de sus fans mexicanos.




El ambiente fue íntimo, casi ceremonial. Envueltas en luces azules y ejecutadas con precisión, cada canción se sentía como un eco lejano del alma. Piezas como “All I Ever Know” y “Loneliness” ofrecieron momentos de intensa belleza melancólica, marcando algunos de los puntos más emotivos de la noche.
El clímax llegó con “Muscoviet Mosquito”, clásico inmediato que desató la energía del público, seguido por “This World”, “Obsession” y la catártica “Farewell”, que cerró el ritual con una intensidad conmovedora.
Clan of Xymox nos recordó que la oscuridad también puede ser un refugio hermoso. Cada acorde fue un acto de comunión, en una noche donde el tiempo pareció disolverse y la música se convirtió en un puente entre sombras y sentimientos.



