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RESEÑA

Destroyer
Telepathe
BZML
73%

Por Jose Carlos Martínez

El dúo originario de Brooklyn, Telepathe, ideado por  Busy Gagnes y Melissa Livaudais, comenzaron su aventura en el 2009 cuando lanzaron su primer material titulado, Dance Mother, el cual logró colocarlos en la órbita musical. Seis años después la espera terminó, ya que su segundo álbum, Destroyer, estaba puesto en la mesa para que todos pudieran escucharlo.

Está claro que en los seis largos años que pasaron desde su debut, el dúo ha ido afinando su sonido, logrando producir música mucho más cuidadosa,  saliendo de la atmósfera del indie pop para adentrarse en un ambiente más electrónico. Temas como «Drown Around Me» y «Slow Learner»,  cargan con la primera mitad del disco que tiene una estructura aterciopelada salpicada de focos nebulosos y grandes golpes sintetizados, que enfrían cualquier propuesta amorosa. Desplegadas desde pulsaciones brillantes, estas pistas muestran el lado más bailable de Destroyer, como si su mayor deseo no fuera correspondido y  les importara muy poco eso.

Destroyer es un disco que le da voz a todas las emociones desesperadas y fragmentadas de Telepathe, quienes los retorcerán y empujarán hacia su lado más íntimo con esta producción. Aunque para muchos este material no tenga mayor impacto en la música, si podemos decir que es un disco que suena sincero, romántico y positivo. Sin canciones desechables, Destroyer es el segundo paso lógico para una dupla bastante joven que comienza con la evolución de su sonido. Sin duda este disco es la dirección correcta hacia el éxito y aunque aún es impredecible el futuro, están refinando cada día más su estilo.

Con temas sumamente pulidos, el álbum se siente realmente fresco, con todo y que existen canciones que habían sido presentadas en el pasado como la que le da nombre al disco. Al igual que Dance Mother, esta nueva producción tiene los ingredientes adecuados, con la diferencia de que la calidad de Destroyer es abrumadora. Puede que con esta creación Telepathe pueda competir junto a los grandes nombres del pop, esos que no abarrotan recintos, pero que demuestran que su sonido va más allá de la comercialización. Sin embargo aún están en un proceso de maduración que los está colocando poco a poco en la elite musical.

Probablemente el disco no revolucionará la industria, pero sin duda después de un largo periodo en plena calma, el dúo logró posicionarse nuevamente en la orbite, dando un giro de trecientos sesenta grados a su estilo y escribiendo un capítulo más a su historia musical.

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