Por: Gil Camargo / @GilCamargo_
En 2015, Björk lanzó Vulnicura, disco en el que desangró su corazón roto, producto de su separación con el artista Matthew Barney. Algo que me ayudó a entender el dolor de la cantante fue que yo pasaba por el mismo proceso; me rompieron el corazón y me dejaron la misma herida en el pecho que a ella. Durante 2017, la islandesa mencionó que ya trabajaba en su noveno álbum; si Vulnicura fue el infierno, su próximo disco sería el cielo.
Según el escrito francés, Anatol France, una utopía es “el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor”. Este no-lugar imaginario es plasmado en el noveno disco de Björk, Utopía, un material lleno de beats violentos y arreglos de flauta.
Sin tener el nombre del disco, el 15 de septiembre lanzó “The Gate”, en donde habla sobre la herida en su pecho, la cual ha sanado y se ha convertido en una puerta de la que solo emana amor, pero un amor trascendental, uno perfecto; el propio. Se nota rápidamente el trabajo del venezolano Arca, con sonidos que hemos escuchado en su trabajo.
Un mes después lanzó “Blissing Me”, una canción de amor que abre con “All of my mouth was kissing him, now , into the air I am missing him. Is this excessing texting? Two music nerds obsessing”. La canción está soportada por una arpa, por lo que muchos fans recordaron “Generous Palmstroke”, el lado b de “Hidden Place”, esperando un Vespertin 2.0: Grave error.
Björk anunció que Utopia saldría el 24 de noviembre y nos adelantó su portada. En ella aparece Björk en médium shoot con una orquídea de latex que sube de su nariz a su frente (que nos recuerda a una vagina), hecha por el artista James Merry, con quién ha trabajado los últimos años. El maquillaje corrió a cargo de Hungry, la drag y maquillista avant-garde que volvió sus ojos totalmente negros. A la altura de la tráquea se notan dos orificios y un feto de pájaro. Ella sostiene una flauta cerca de su pecho. Es imposible no reconocer a una ave en su rostro.
El disco abre con “Arisen My Senses”, que comienza con sonidos de aves (que escucharemos durante todo el disco) y beats que se tornan poco a poco violentos. Terminan en un arreglo de arpa; “Just that Kiss, was all there ir, every cell in my body, lined upt to you”. Sigue “Blissing me” y “The Gate”, canciones que ya conocemos a la perfección.
Después viene la rola que le da nombre a disco. Para este LP formó un grupo de siete flautas. En “Utopia” se entretejen beats, instrumentos de viento y (más) sonidos de aves: “Utopia it isn’t elsewhere, It’s here”.
La parte más interesante comienza con “Body Memory”, una rola que mezcla secuencias electrónicas y coros cavernosos que nos recuerdan “Where is the line?”, “ Ancestors” de Medulla (es esa la voz de Mike Patton). Conforme crece la canción se vuelve más compleja y se incorporan crótalos o chinchines (los pequeños platillos para los dedos usados en la música árabe). Este arreglo nos recuerda “Ambergris March”, canción que Björk escribió para el soundtrack de la película Drawing Restraint 9 de Matthew Barney.
“Courtship” posee el mismo ritmo que “Body Memory”; Björk siempre ha jugado con la sexualidad en sus canciones sutilmente y en Utopia lo explota un poco más; “The ghosts of old loves, hovering around his orifices, his orífices”.
“Loss” y “Sue Me” son el climax de este no-lugar. La parte instrumental me recuerda mucho a este crujir de hielo que usó en “5 Years” de Homogenic, los cuales se entretejen con su voz, el arreglo de arpa y flautas. Tal vez dos de las canciones más violentas que ha escrito después de “Pluto” y “Declare Independence”. La producción de la dupla Arca y Rabit fue un gran acierto.
Este es uno de los discos más largos que ha hecho Björk. Si bien Medulla es un disco pesado para quienes intentan conocer el trabajo de la islandesa por primera vez, Utopia se vuelve algo tedioso si no estás realmente familiarizado con él.
“Saint” tiene una melodía hermosa, pero la letra es algo extraña; “She always knows when people need stroking and is attracted to deathbeds and divorcees”, creando un gran contraste. El final llega con “Future Forever”, un gran cierre que engloba su concepción de utopía; “Watch me form new nests, weave a matriarchal dome build a musical scaffolding between sleep and awake day and night”.
Nunca entenderemos por completo a Björk. Ella vive en una utopía, en un mundo totalmente diferente a lo que la mayoría percibimos. Esto no la eleva, ni mucho menos la hace importante, pero sí nos hace sentirnos curiosos de cómo percibe las cosas. Tal vez no es el mejor disco de la islandesa, pero es un excelente ejercicio musical que revive sonidos viejos para incorporarlos de manera diferente junto a arreglos clásicos. Utopia posee toda la esencia de “The Comet Song”, canción que hizo para la película Moomins and The Comet Chase de 2010. Dejemos de llamarlo Vespertin 2.0, porque este lugar común no describe por completo la verdadera estructura de este trabajo.
Tal vez el rencuentro con el otro, el “hubiera sido”, el “ojalá suceda” solo pasará en nuestra mente, pero estos pensamientos de un no-lugar ideal nos ayuda a seguir adelante.
Bien lo dijo el cineasta argentino Fernando Birri:
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.