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COBERTURA

Hipnosis: 5 años de psicodelia, space rock y synth pop en el Parque Bicentenario

Por Ernesto Olvera
Fotos Gisela Terrazas

Hipnosis es una plataforma que a lo largo de sus 5 años de existencia ha crecido notablemente, enfrentándose a todo tipo de retos que ha logrado sacar adelante para establecerse como una de las mejores alternativas que existen en nuestro país dentro del circuito de festivales masivos.

Pero más allá de iniciar como un festival que nos presentó en su primera edición a Black Rebel Motorcycle Club, es una comunidad donde hemos tenido la oportunidad de ver bandas que probablemente no podríamos ver en ningún otro lugar, comenzando por su serie de conciertos en el Foro Indie Rocks y recientemente en el Frontón México.

Digamos que su nombre, al igual que su espectro musical, continúa amplificándose de forma notable para fortalecer esa comunidad que en el pasado solo habíamos visto en espacios que comparten su misma visión como NRMAL.

En su quinta edición Hipnosis regresó a la Ciudad de México luego de acomodarse durante un par de ediciones en Las Caballerizas de Huixquilucan, siendo el Parque Bicentenario el espacio que nos recibió desde temprano con una dosis de space rock con el Universo y el synth-pop del dúo neoyorquino Tempers.

Si bien en el pasado daba la impresión de que Hipnosis se estaba enfocando únicamente en sonidos psicodélicos y enfocados al garage, poco a poco su universo ha ido explorando otro tipo de terrenos como en 2020 al incluir a TR/ST, lo que en este año en curso provocó que naciera una extensión de conciertos con proyectos de darkwave, synth-pop y post-punk.

Eso no solo estuvo presente en su quinta edición con Tempers, sino también con el primer concierto en México del proyecto de dream pop Still Corners que, desde la aparición del aclamado Strange Pleasures, habían estado intentando visitar nuestro país.

Por fortuna, el tiempo de espera valió la pena, pues la banda nos presentó un set bastante exquisito cuando el sol pegaba en su máximo esplendor sobre nuestras cabezas, algo que francamente embona a la perfección con las texturas veraniegas y primaverales que predominan en las más recientes composiciones de la banda.

Los atardeceres son los más agradables de Hipnosis, pues además de conocer bandas que tal vez no figuraban en su radar como Psychedelic Porn Crumpets y Babe Rainbow, es una oportunidad para explorar cada rincón del espacio y familiarizarse tanto con el área de mercancía oficial, opciones de comida, zonas de descanso y aprovechar el ligero flujo de personas en los spots de recarga, algo que al caer la noche comienza a saturarse un poco más.

En términos de espacio, es importante mencionar que aprovecharon muy bien el formato de unir los escenarios, pues en cuanto terminaba el set de una banda de inmediato comenzaba la siguiente a tocar, haciendo más amenos los horarios y así evitar algún empalme importante con recorridos que nos dejen exhaustos.

Sin embargo, eso fue un poco contraproducente, porque al no tener pequeñas pausas para ajustar y equalizar de forma adecuada, daba la impresión que las fallas en el sonido durante cada presentación eran provocadas por ir contra reloj y se terminaban haciendo los ajustes hasta que las bandas ya estaban tocando.

Este detalle fue más evidente cuando comenzó OSees, quienes ya tenían los dos escenarios completamente llenos al ser una de las bandas más esperadas de esta edición, solo que al inicio no se alcanzaba a percibir el audio de lo que estaban tocando y mucho menos la voz de John Dwyer.

Afortunadamente esos errores se fueron solucionando con el paso de los minutos, haciendo que la banda se encargara de recetarnos las altas dosis de poder que manejan a la perfección tanto en el estudio como en el escenario.

Otro de los momentos estelares de esta edición fue la presencia de Kikagaku Moyo, pues desde que se subieron al escenario provocaron un encanto muy particular con pasajes instrumentales dominados por el kraut y la psicodelia, siendo el último concierto internacional que tenían programado antes de entrar en un hiatus indefinido.

Si hay una banda que pueda englobar a la perfección y rendirle tributo a la definición de una hipnosis, esa es Kikagaku Moyo, pues una vez que eres absorbido por sus rasposas guitarras y los efectos psicodélicos que se entrelazan con el complemento visual, es prácticamente imposible dejar de flotar sin separar los pies del piso.

The Black Angels formó parte de la primera edición del festival, así que con el estreno de su nuevo álbum y las colaboraciones que ha desarrollado Hipnosis con Levitation, su regreso quedó como anillo al dedo con dos conciertos donde pudimos ser testigos de la dualidad que compone su universo.

Ya sea en un set extendido como en el Foro Indie Rocks o en un set mucho más compacto como el del sábado, la banda no deja pasar la oportunidad de demostrar el crecimiento que han tenido desde su concepción, sobre todo cuando se han convertido en todo un referente del aclamado Levitation.

Sin miedo a equivocarnos, The Black Angels ofreció una de las mejores presentaciones de todo el festival.

Por otro lado, uno de los actos que estuvimos esperando con mucha emoción desde que confirmaron su aparición en Hipnosis fue ni más ni menos que Moon Duo, pues desde que se presentaron en NRMAL no habían tenido chance de regresar a nuestro país.

Esta vez no solo lo hicieron con su clásico space rock, sino también con un show audiovisual que han denominado como The Lightship, siendo el complemento ideal de un sonido que constantemente va cambiando de forma gracias a la maestría que tiene Ripley Johnson y las sintéticas habilidades de Sanae Yamada.

Esta no fue una experiencia inmersiva (como a todo lo que se le llama inmersivo actualmente…); la presentación de Moon Duo fue toda una experiencia de vida donde era imposible dejar de admirar lo que sucedía sobre el escenario y más cuando cerraron con un cover a «Jukebox Babe» de Alan Vega.

Así como hacemos mención de las cosas buenas y las áreas de oportunidad que tiene el festival para continuar mejorando en el futuro, principalmente con el sonido, debemos mencionar que la presentación de Primus sonó impecable desde el inicio con un breve recorrido de cortes de su propia autoría, hasta la ejecución del álbum A Farewell To Kings de Rush.

Si estuvieron en el lugar, saben perfectamente que no necesitamos decir muchas cosas sobre Primus, ya que la grandiosa presentación que ofrecieron en Hipnosis habló por sí sola y… a decir verdad, será recordada como una de las mejores actuaciones en la historia del festival.

Por esa razón, la emoción y la expectación que se estaba acumulando entre los asistentes previo a la presentación de The Mars Volta estaba por los cielos.

Aunque estuvieron ausentes durante más de una década, es bien sabido que The Mars Volta adora improvisar y crear puentes instrumentales que alargan sus canciones, interpretando tomas que rara vez se mantienen fieles a las versiones de estudio.

En esta ocasión todo parecía un tanto diferente en cuanto subieron al escenario, ya que después de una embrujante ejecución de «Vicarious Atonement» se siguieron con «Roulette Dares (The Haunt Of)» y «Eriatarka» del siempre clásico De-Loused In The Comatorium.

Desafortunadamente durante estas primeras tres canciones no se percibía por completo el sonido, pese a que la banda lo estaba dando todo sobre el escenario; algo que poco a poco fue mejorando con la llegada de «L’Via L’Viaquez» y los frenéticos puentes instrumentales que nos cubrieron en «Empty Vessels Make the Loudest Sound» y «Cygnus….Vismund Cygnus».

En la hora y media que les fue asignada como headliners del festival, The Mars Volta aprovechó para hacer cada una de las cosas que disfrutan hacer para dejar al descubierto sus notables habilidades como músicos, esto para luego despedirse con “The Widow”, “Cicatriz ESP”, “Son et Luminere” y “Inertiatic ESP”.

Sí, hay varios puntos que pueden y sabemos que van a mejorar en el universo Hipnosis, pero en su quinta edición quedó demostrado que es uno de los mejores festivales que existen en nuestro país, pues incluso aprovecharon su climax para confirmar que Melody’s Echo Chamber es el primer acto que compone la edición de 2023… ¡No podemos esperar!

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