Fotos: Óscar Villanueva
DIIV es una banda que en todo momento se ha tomado su merecido tiempo para armar un álbum. Desde sus primeros días como Dive y los sencillos que iban subiendo a Soundcloud previo al lanzamiento de Oshin, hasta el instante donde decidieron cambiarse el nombre y comenzar a explorar otro tipo de sonidos donde el estilo de la banda fue entrando a terrenos más densos.
Esto lo pudimos ver en Is The Is Are y Deceiver; dos lanzamientos donde DIIV dejó muy en claro el notable compromiso que tienen con ellos mismos, pese a que en un momento se vieron afectados por el despido de su bajista al haber publicado comentarios racistas que no iban de la mano con los demás integrantes de la banda.
Lo más interesante de todo, es la dinámica que han mostrado con cada álbum sobre el escenario, ya que es un hecho que las canciones no se han estancado en un ritmo acelerado o los tonos dulces que hicieron de Oshin un clásico contemporáneo, sino que han aprovechado todos los espacios que hay en sus canciones con una saturación que se siente como aire fresco.




Ver a DIIV en pleno 2024 con Frog In Boiling Water es una experiencia demasiado satisfactoria, emocionante y ciertamente nostálgica al pensar el tiempo que ha pasado desde el día en que debutaron con “Sometime”, canción que, pese a que ha estado ausente en varios de sus conciertos, en la CDMX hemos tenido la fortuna de escucharla en múltiples ocasiones y si, en su regreso al Foro Indie Rocks no fue la excepción.
Otras canciones que sonaron este 20 de septiembre fueron «Soul-net», «Brown Paper Bag», «Taker», «Between Tides» y «Blankenship», temas que fueron parte del primer bloque de su presentación para luego regresar con un encore de cuatro temazos: «Healthy Moon», «Raining On Your Pillow», «Horsehead» y el himno «Doused».
Es un hecho que a DIIV le tocó una fecha bastante complicada en la CDMX con los conciertos de Lebanon Hanover en el Circo Volador y Metallica en el Estadio GNP, pero aún así lograron abarrotar el Foro Indie Rocks con una presentación que simplemente nos dejó con una sonrisa de oreja a oreja.
¡Larga vida a DIIV!




