Fotos: OCESA
Por: Óscar Villanueva
Desde su primera visita hace en una ya lejano 2004 al ahora ya desaparecido Salón 21, los Yeah Yeah Yeahs se volvieron una de las bandas favoritas del público mexicano. En aquella ocasión mientras la guitarra de Nick Zinner volaba tímpanos con su distorsión, Karen O daba vueltas, se metía el micrófono a la boca y escupía agua por todo el escenario; caos apenas contenido, su música y esas presentaciones explosivas eran un agradable respiro para las personas que estaban hartas de la dicotomía pop/nu-metal que existía por aquellos años.
Ahora en el año 2025, la banda se toma un descanso de todo eso y nos sorprende con su gira Hidden in Pieces, donde interpretan versiones acústicas/orquestales de sus más icónicos temas con algunos deep cuts bien seleccionados; ahora no todos funcionan al cien por ciento, pero cuando funcionan vaya que de verdad lo hacen.




«Cheated Hearts» se alza con cada verso hasta el techo del Metropolitan; «Runaway» muestra la vulnerabilidad que tiene la canción; «Spitting off the Edge of the World» agarra una nueva energía que apenas mostraba en su versión de estudio; «Turn into» se vuelve un canto de baile y alegría máxima; «Zero» y «Y Control» conservan su potencia mientras muestran la belleza de los arreglos; el cover a «Hyperballad», original de Björk se transforma en la voz de Karen volviéndola suya. Sin embargo, hay otras que pierden un poco de la urgencia que les caracteriza como «Gold Lion» y principalmente «Maps», se extrañan la guitarra de Nick ahí y los tambores de Brian.
La única queja en realidad sería la duración del concierto, una hora veinte minutos se siente un poco corto para todo lo demás que se podría ofrecer, ojalá agreguen algunas canciones más en las próximas dos fechas.




Apenas habían pasado dos años de sus dos excelentes conciertos en el Pepsi Center WTC cuando se anunciaron las 3 fechas para ésta gira, los afortunados que lograron alcanzar boletos para alguna saben que presenciarán un concierto muy especial en uno de los lugares más íntimos que ofrece la ciudad.
Veintiún años después de esa primera visita, los Yeahs nos siguen sorprendiendo.

