Fotos Óscar Villanueva / @theOzcorp
Jardines de México es un lugar plagado de color, tradición y mucho calor, pues tiene una ubicación muy particular en Morelos donde obligadamente debemos cubrirnos de los rayos del sol con bloqueador y mantenernos hidratados en todo momento.
Eso es algo que seguro conocen a la perfección si han convertido el Festival Vaivén en una tradición anual que desafortunadamente se vio frenada durante dos largos años por la pandemia provocada por el COVID-19, así que era de esperarse que su regreso a Jardines de México tuviera un trasfondo bastante especial donde se encapsularon cada uno de los sonidos que ha ido moldeando su personalidad a lo largo de los años.
Dicha personalidad se centra en la variedad de estilos y propuestas que podemos encontrar en su cartel, pues así como podemos encontrarnos con un intenso set electrónico que va del techno minimalista con Kalexis hasta el exquisito R&B de Immasoul, también hay espacios que le dan voz al pop, folk, synth-pop y en esta ocasión hasta el post-rock tuvo un lugar al caer la noche.



Desde hace unas semanas tuvimos la oportunidad de apreciar algunos momentos del montaje escénico de Ed Maverick con una breve aparición en el festival Ceremonia, por lo que su aparición en el Festival Vaivén se sintió como ese instante donde finalmente pudimos saciar nuestras ganas por ver el notable crecimiento que ha tenido como músico acompañado de la banda que tiende a reforzar el sentimentalismo de sus composiciones.
Por otro lado, mientras Maverick hacía lo suyo en el escenario principal, los rayos del sol nos conducían dentro de cada activación instalada dentro del festival para presentarnos a Roderic como preparativo de lo que estaba por venir en la carpa dedicada a la electrónica con Tom & Collins y Monolink.



La reactivación de eventos masivos se está dando en medio de un momento que resulta crucial para muchos festivales a nivel mundial, pero en el caso específico de México es natural que los festivales estén cobrando vida a partir de las bandas que han desarrollado un vínculo bastante íntimo con sus fans mexicanos.
Por esa razón tiene sentido que Jungle haya tenido un lugar especial en el Festival Vaivén, siendo su única presentación en México como parte del proceso promocional de su más reciente álbum, Loving In Stereo; algo que sin duda nos hace pensar que no pasará mucho tiempo para que la banda decida regresar para dar un concierto en solitario en la CDMX.



Por otro lado, Sigur Rós llegó a Morelos con su fresca presentación en el Teatro Metropólitan, siendo una presentación plagada de sentimientos encontrados que no tuvo que ver directamente con la banda, ya que ellos se encargaron de ejecutar una impecable selección de canciones que de nueva cuenta hicieron alusión al álbum que están preparando en el estudio. Lo malo fue que, al tratarse de un festival con estas características, la mayoría de los asistentes no estaba realmente enganchado con lo que sucedía por el escenario y en ocasiones era demasiado frustrante escuchar voces en los segmentos más apasionados y envolventes de canciones como “Untitled 1 (Vaka)”.
Sin embargo, la banda islandesa sigue mostrando una emoción muy particular al haber iniciado su gira mundial en nuestro país, ya que se están tomando la libertad de presentar música nueva y una breve retrospectiva de su carrera; algo que claramente se vio reflejado en sus rostros cuando nos fueron llevando al climax de “Festival”.




Retomando un poco el tema de las bandas que se han convertido en un referente de los conciertos en nuestro país, Cut Copy fue el acto encargado de cerrar con broche de oro las actividades del escenario principal con una elegante selección de canciones que no dio pie al debut de música nueva, pero sí nos brindó un colorido recorrido a través de los clásicos que en su momento musicalizaron nuestra existencia y que sin importar las veces que suenen sobre un escenario, siempre tendrán el mismo efecto de satisfacción en nuestros corazones.
El regreso del festival durante una jornada donde sucedían muchas cosas al mismo tiempo en nuestro país, provoca una emoción incontenible sobre lo que hoy en día debemos hacer luego de enfrentarnos a un periodo que alteró por completo nuestra vida cotidiana. Es un recordatorio para disfrutar la vida mientras la tenemos; a darnos la oportunidad de sentir y de expandir nuestro pensamiento para apreciar y contemplar la variedad de sonidos que tienden a desfilar en un festival como Vaivén.


