27. Tycho – Awake (Ghostly International)
Awake, es quizás la mejor entrega de Tycho hasta el momento, crea imágenes a través de música y cada canción es un viaje largo, hermoso y soleado.
Las ocho canciones instrumentales de este disco, melódicas y ambientales, utilizan más o menos la misma instrumentación y texturas, sin embargo no logran que se se vuelva monótono. Es una producción meticulosa y aunque aparentemente varía ligeramente, una vez que realmente lo escuchas y te colocas los audífonos, Awake se convierte en una colección de ritmos e ideas musicales brillantes.
Awake es un disco inofensivo, infaliblemente melodioso y refinado. Es el clásico álbum fácil de escuchar pero difícil de olvidar, es memorable y adictivo sin llegar a ser empalagoso.
26. Grouper – Ruins (Kranky)
Liz Harris se voló una vez más la línea musical con este magnífico y pasmoso álbum. Ya se había llevado las palmas en 2008 con Dragging a Dead Deer Up a Hill, pero este año escarbó entre las mejores experiencias pasadas y dejó que conociéramos mejor su personalidad solitaria en Ruins.
Por casi 40 minutos escuchas un diario sonoro que se grabó en Portugal hace tres años. Sí, parece que fue hecho en este año por la aguda nostalgia que constantemente vivimos a nuestro alrededor. Sin embargo, los siete primeros tracks fueron grabados en Aljezur mientras Liz paseaba largo tiempo por la playa y el último “Made of Air” fue terminado en la casa de su madre en 2004.
La esencia del proyecto se manifiesta en la atención que Harris le da tanto a las letras, la tonalidad de su voz y por supuesto a la delicadeza sonora de su más aliado amigo: el piano. Sin duda, de los mejores álbumes introspectivos que te transporta a un lugar aislado en tan sólo tres minutos que recibimos en este año.
25. White Lung – Deep Fantasy (Domino Records)
Con su postura feminista y años como periodista, Mish Way logró encontrar el equilibrio perfecto entre sus actividades personales y la manera en la que compone las canciones de White Lung. Ese equilibrio hizo que el sonido de la banda aumentara de volumen y por ende Deep Fantasy se coloca en el punto más alto de su discografía.
Las canciones son rápidas y van al grano, pero no son canciones en las que se toman todo muy aprisa para cumplir con un objetivo y ya, sino que en ellas Mish Way va siendo contundente con su mensaje al hablar de fondo de problemáticas sociales e inclinaciones sexuales que suelen exponer los complejos de las personas. Si bien ella es la parte central del disco y durante las presentaciones en vivo de la banda, el poder que emana de Deep Fantasy es ejecutado a la perfección por el resto de sus compañeros, entre los cuales destaca la aparición de Hether Fortune del acto de post-punk Wax Idols tocando el bajo.
Desde un inicio White Lung no muestra piedad alguna con “Drown With The Monster”, canción con la cual además demuestran que Domino Records realmente fue un sello muy afortunado por haberlos firmado para publicar esta producción. Él álbum es un testamento canadiense que patea traseros al por mayor.








